EN UNA HORA, TODO CAMBIARÁ

David Wilkerson (1931-2011)

Un mensaje clásico reducido

Isaías advierte que, en los últimos días, Dios volteará al mundo de cabeza. “He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores.” (Isaías 24.1)   La versión Reina Valera lo traduce como “volteo de cabeza.” De acuerdo a la profecía de Isaías, todo cambiará en una hora. En ese corto tiempo, el mundo entero testificará una rápida destrucción, y jamás nada será igual.

El apóstol Juan advierte algo similar en Apocalipsis. “Así que sus plagas vendrán en un solo día … plagas; muerte, llanto y hambre… Pues en una hora la gran riqueza se volvió nada.” (Apocalipsis 18.8,17, mi énfasis).

Las profecías describen las casas como calladas, sin nadie que entre y salga. “Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie.” (Isaías 24.10). La ciudad completa es dejada en desolación, con todas sus entradas y salidas cerradas. “La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta.” (24.12)

El motivo de mi mensaje no es atemorizar a nadie. Pablo nos dice que, como discípulos de Cristo, debemos de estar confiados sin importar lo que pase en el mundo, su sangre protectora nos salva y redime. Así que, no debemos de tener miedo de malas noticias, sino debemos estar atentos a lo que Él está haciendo en el mundo. No sé tú, pero cuando escucho reportes atemorizantes, me hacen querer desconectarme de todo. Pero en esos momentos, Dios se mueve poderosamente. 

La Biblia nos dice que una repentina destrucción vendrá cuando la violencia se desborde. Alrededor del mundo hay numerosas guerras y levantamientos sangrientos, mientras, en mi mente pienso si los niños son librados de toda esa violencia.

Varias cosas me dicen que las palabras de Isaías apuntaban a esta generación.

Pienso en la violencia sexual de los pedófilos. Niños son abusados, violados, secuestrados y forzados a la esclavización en la trata global sexual. La iglesia con mayor cantidad de feligreses en el mundo, ha gastado miles de millones para calmar las quejas de la gente que fue abusada por el clero cuando eran niños. ¿Cuánto tiempo más Dios soportará el llanto silencioso de los niños maltratados por aquellos que supuestamente representaban a Cristo? Miles de niños en África son sacrificados por guerras triviales. Jóvenes son enlistados a las milicias y forzados a matar hombres en ritos de iniciación. Aquí en los Estados Unidos, se reportan asesinatos en escuelas que ya no nos sorprenden pero sí aterrorizan a nuestra niñez. Y la sangre de millones de bebes abortados clama desde la tierra. Quizás nosotros nos hemos endurecido a tales noticias, pero el corazón de Dios está dolido por ellos. No hay peor violencia que la tratar brutalmente a nuestros niños, y el cielo clama por juicio.

La sacudida de Dios va a cambiar todo en 3 maneras.

  1. En una hora, Dios cambiará el mundo completo. Recordaras muy bien cuando el “World Trade Center” fue destruido, pero la ayuda llego a Nueva York desde todas partes del mundo con gente dispuesta a colaborar de alguna u otra manera. Pero la escena en la profecía de Isaías es diferente: esta calamidad es claramente más allá de la capacidad de respuesta humana.

Cuando esta calamidad golpee, devastará la economía. Ricos mercaderes llorarán y exclamarán mientras enfrentan la quiebra. En un instante, toda la riqueza que habían armado será reducida a nada. Juan describe esta escena de la siguiente manera: “Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos;” (Apocalipsis 18.15-17)

Al otro día, todas las compras y ventas cesarán. Cada restaurante y bar cerrará sus puertas, y toda borrachera y todo casamiento será reemplazado por angustia: “Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa. No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren.” (Isaías 24.7-9)

  1. En una hora, Dios cambiará la iglesia. Esta hora de devastación de repente transformará las iglesias, sin importar su estado espiritual. Isaías escribe, “Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia.” (Isaías 24.13) Esta imagen es de Dios colapsando todo aquello que puede ser sacudido, convirtiéndolo en nada. Entonces Isaías nos da una increíble palabra acerca de lo que sucederá con los creyentes.

De pronto, en la obscuridad de la noche, un coro de voces alrededor del mundo cantará alabando a la majestuosidad de Dios: “Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jehová; desde el mar darán voces.” (24.14) Un remanente santo se despertará, y un canto nacerá en ellos mientras lloran, “Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel. De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo!” (24.15-16) En vez de tener pánico, el pueblo de Dios adorará su grandiosa majestuosidad alzando las voces de millones en cada nación.

Podrías preguntarte, ¿Cómo sucederá esto? En una hora, Dios regenerará y restablecerá su iglesia. Los huesos secos comenzarán a agitarse y crujir, y los justos serán despertado cuando el Espíritu Santo llame a multitudes de creyentes tibios a volver a su primer amor. De repente, sus almas se inundarán con punzadas de remordimiento y tristeza santa, y muchos llorarán de arrepentimiento. Su canción de reavivamiento será escuchada hasta el lugar más lejano del mundo – desde Arabia hasta China, Indonesia, África y todos los rincones de la tierra – en un mismo día.

Isaias nos dice los maravillosos milagros que vendrán cuando Dios haga nuevas todas las cosas

¡Alrededor del mundo, el pueblo de Dios tendrá un banquete de la Biblia! “Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados.” Isaías 25.6

En un tiempo de prosperidad, las masas de gente del mundo parecían cubiertas con un velo, sin la capacidad de ver la verdad de Jesucristo. Pero cuando Dios mueva al mundo a través de un juicio, las vendas que cubren las mentes de millones serán removidas. “Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.” (25.7) Cuando el velo de obscuridad sea removido, muchos verán a Dios en su gloria.

Creo que aquellas vendas el día de hoy están sobre los ojos y corazones de los jóvenes a nivel mundial. Esto es especialmente cierto sobre estudiantes universitarios cuya fe ha sido bombardeada por cuatro años de su vida.  Durante este tiempo sus mentes han sido doctrinadas por profesores sin Dios, en salones en donde si eres creyente eres atacado, eres motivo de burla y despreciado. Estos hombres y mujeres jóvenes con una fe perdida, dejan la universidad convencidos de que Dios está muerto.

Pero en una hora de devastación global, ese velo hipócrita se caerá. Cuando a nivel mundial el canto sea cantado, será escuchado por la gente joven en cada camino de la vida y cada nación. Muchos endurecerán sus corazones y maldecirán a Dios al escuchar esta canción, pero multitudes de otros se unirán en este canto de su majestuosidad.

  1. Finalmente, en una hora, Dios nos transformará como individuos. El enfoque de nuestras vidas se transforma totalmente. No estaremos obsesionados ya por nuestras propias adversidades. Tantas cosas mundanas que apreciamos ya no serán más de valor para nosotros porque estaremos todos en el mismo barco. “Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe.” (24.2)

Presidentes, reyes, los mas ricos del mundo y muchos famosos – todos temblaran igual que como lo hacen los mas pobres de la tierra. Este cataclismo derrumbará todos los altares falsos. El ídolo mas prominente en el mundo es el dinero, y América esta enfrentando ahora un mounstroso desastre financiero. Todos los ídolos serán reducidos a polvo, nivelando la cancha donde todos quedarán en iguales condiciones. Los mas ricos y los mas pobres por igual enfrentaran la misma condición, y todo sucederá en un día.

¿Qué de bueno puede venir de un mensaje profético como este?

Les recuerdo, Jesus le advirtió a Jerusalén de una devastación repentina que vendría a esa ciudad. Seria quemada hasta la tierra con más de un millón de muertos. Cristo explicó su advertencia: “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.” (Juan 14.29) El estaba diciendo, en esencia, “Cuando suceda, ustedes sabrán que hay un Dios quien los ama tanto que les advierte esto claramente.”

Pablo llama a estas advertencias “luz”, dicho, en breve, “Ustedes son hijos de luz, porque ustedes saben lo que ha de venir en el futuro. Así que, cuando venga la destrucción, y haya pánico alrededor, ustedes tendrán la calma del Espíritu Santo. Algo se apresurará dentro de ustedes, y ustedes recordarán, “Dios me lo advirtió.” Esta profecía no es un mensaje de ira para el pueblo de Dios pero sí es un llamado para que nos preparemos.”

En este tiempo de prosperidad, nadie quiere escuchar un mensaje como el de Isaías. Yo realmente no quisiera. Pero no podemos ignorarlo porque esta aquí, a nuestra puerta. En estos tiempos, Pablo dice que cuando tengamos conocimiento de que tal destrucción esta por venir, no debemos temer o afligirnos como lo hace el mundo. En vez de ello, debemos de confortar a otros en fe, sabiendo que Dios gobierna en todos los aspectos de nuestras vidas.

“Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.” (1Tes 5.8). Pablo nos da instrucciones, “Tomen la armadura de la fe. Construye tu confianza ahora, antes de que llegue el día. Aprende tu canción y tú serás capaz de cantarla en el tiempo de prueba.” “Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel.” (Isaías 24.15)

Esta es la esperanza de nuestra fe piadosa: nuestro Señor hace que surja un canto en el tiempo más obscuro. Empieza ahora a construir tu fe piadosa en él, y aprende a adorar su majestad tranquilamente dentro de tu corazón. Cuando cantes tu canto, serás fortalecido y podrás alentar a tus hermanos y hermanas, y testificar al mundo. “¡Nuestro Señor reina sobre el diluvio!”