ESPERANDO A JESÚS
Yo no predicaría un mensaje acerca de “esperar el poder de Dios” si no supiera que es verdad. Mi esposa Kelly, y yo hemos pasado por esa experiencia. He escrito antes de nuestro hijo Elliot, que era adicto a la heroína. En un momento dado, hasta vivió en las calles. Intentamos ayudarlo a través de programas de rehabilitación y contactando personas que podrían llegar a él, pero nada lo pudo tocar. Muchas noches, Kelly y yo llorábamos hasta quedar dormidos; fue uno de los momentos más difíciles de mi vida.
Una noche Kelly vino a mí diciendo que había recibido una palabra de parte del Señor y yo pude ver que ella, verdaderamente, estaba revestida con algo de Dios.
“Tuve un sueño en el que Elliot estaba acostado en el suelo, inconsciente. Jesús me dijo que lo recogiera, y cuando lo hice, el cuerpo de Elliot colgaba inerte de mis brazos. Cuando Jesús lo levantó de mis brazos, ¡me sentí tan aliviada! Pero luego, se dio la vuelta para que yo no pudiera ver a Elliot”.
“Esto me perturbó, pero sentí fuertemente que el Señor nos estaba diciendo: 'No pueden hacer esto por ustedes mismos. Tienen que dejar de interferir. Ustedes no son capaces de verlo, pero yo estoy haciendo una obra en Elliot, que está escondida de ustedes’”.
Unas semanas más tarde, el Espíritu Santo tomó a nuestro hijo y lo transformó. Él redimió completamente a Elliot; y hoy es un poderoso joven testigo de Dios.
Amigos, si estamos fallando hoy, ¿es porque no estamos esperando el poder de Dios? ¿Es porque nos estamos “mostrando” a nosotros mismos en lugar de “escondernos”? Te exhorto a esperar en Jesús. Cuando su Palabra viene a ti a través del Espíritu, susurrando: “Muéstrate”, no hay nada en la vida que se le compare.
Ese día, verás el cielo tocar la tierra de maneras que nunca imaginaste. Hablarás con más convicción, autoridad y denuedo. Y tu placer en tu caminar con Jesús será como algo que nunca antes has experimentado.