Esperanza en Tiempos de Decadencia Espiritual
Las enseñanzas sobre la autoridad divina, el poder de Dios, abundan hoy en la iglesia. Cuando escucho ese discurso, inmediatamente pienso en Elías. Este profeta vivió en un período muy parecido al nuestro, uno marcado por la decadencia espiritual, cuando honrar a Dios estaba en su punto más bajo.
La vida de Elías ilustra la autoridad divina con la que Dios quiere dotarnos, especialmente en estos tiempos. Hubo conflictos en Israel en la época de Elías,el pueblo de Dios estaba dividido en dos reinos: Samaria en el norte y Judá en el sur. La fe de los samaritanos se corrompió porque permitieron que otras religiones se mezclaran con el judaísmo. Acab, el notable rey detrás de todo esto, tomó a la ligera los caminos de Dios: “Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam” (1 Reyes 16:31).
Bajo el gobierno de Acab, el pueblo pecaba libremente y no sentía ninguna convicción al respecto. La Biblia dice que Acab cometió más maldad que cualquier rey de Israel hasta ese momento. “Y Acab… hizo lo malo ante los ojos del Señor, más que todos los que estaban antes que él” (1 Reyes 16:30).
Nosotros también estamos viviendo en un tiempo de gran decadencia espiritual. Está sucediendo porque Satanás sabe que su tiempo es corto; y está usando todas las armas posibles para destruir la autoridad divina, no sólo en expresiones culturales, sino en el corazón de cada cristiano.
En este momento de gran transigencia en la nación y en la iglesia, puedes preguntarte cómo puedes tener un efecto en el mundo que te rodea. ¡Pero no olvides quién eres en Cristo! No importa cuál es tu trasfondo, quiénes son tus padres, qué tipo de títulos puedes tener. Dios tiene un papel para cada uno en esta oscura generación. Tú has sido llamado a traer esperanza y vida a los perdidos y a los que dudan, especialmente en esta hora.
Elías era un hombre común que realizó obras sobrenaturales de Dios (ver Santiago 5:17-18). Él ya estaba calificado para hacer lo que Dios le pidió porque tenía una historia con su Padre. Del mismo modo, dedícate a una búsqueda silenciosa y diligente de Dios para que estés listo cuando él te llame a dar un paso adelante y unirte a su ejército para lograr un cambio en estos últimos días.