Fidelidad a Pesar de Nuestros Fracasos
“Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David” (1 Samuel 16:13).
David se convirtió en un hombre piadoso, sabio, amado: “Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él” (18:14). Él era un hombre de mucha oración, que alabó al Señor como pocas personas lo han hecho, bendiciendo el corazón de Dios con sus canciones y salmos. David también era un hombre de gran fe. También mató al gigante Goliat en su camino para convertirse en un poderoso guerrero para el Rey Saúl. El Espíritu de Dios claramente estaba sobre él.
Después de un tiempo, Saúl se enojó con David y lo persiguió con gran ira. David tuvo que correr por su vida y esconderse en cuevas. A veces debe haber pensado: "Señor, si soy tan especial, ungido y elegido, ¿por qué estoy en problemas tan profundos?" Durante este hondo período, David tomó una decisión imprudente y huyó a un pueblo llamado Gat, la ciudad natal del derrotado gigante Goliat. Debido a que no había buscado el consejo del Señor antes de hacer este movimiento, la hostilidad se levantó contra él allí. Fue capturado y llevado ante el rey Aquis, donde hizo otro movimiento tonto. Fingió estar loco con la esperanza de que su "locura" lo librara de las garras del enemigo. Este fue un pobre testimonio para los hombres de David, pero funcionó hasta cierto punto: el rey Aquis no quiso tener absolutamente nada que ver con él.
A pesar de que David fue infiel al Señor durante este episodio, ¡Dios aún le fue fiel! Él no descartó a David. Incluso mientras fingía ser demente, comportándose tontamente, el propósito eterno de Dios para él siguió adelante.
¿Alguna vez has pasado por algún tipo de período “demencial” en tu vida? Es posible que hayas enfrentado un caos total y te hayas rendido, diciendo: “¡Ya no puedo soportar esto!” Actuaste de acuerdo con tu carne, adelantándote a Dios. Pero Dios todavía obró en favor de ti. Él siempre está obrando detrás de escena; siempre fiel a sus promesas y a su plan para tu vida.