GENTE DESASTROSA

Gary Wilkerson

“Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan” (Proverbios 14:4).

El libro de Proverbios dice que tú puedes tener un granero limpio, pero sin bueyes en él.

Puedes tener una “iglesia limpia” donde todo está en orden y estructuralmente perfecta, pero queremos que hayan bueyes adentro. Si has estado cerca de bueyes, sabes que defecan en el suelo, resoplan, son malolientes, patean cosas y ¡es un desastre!

¿Te unirías a mí para ministrar en una iglesia desastrosa? ¿Te unirías a mí para pedirle a Dios que nos envíe a la gente más desastrosa de esta ciudad?

¿A dónde va tu mente cuando me refiero a la gente más desastrosa? ¿Va al drogadicto del callejón o al centro comercial de ‘Chapel Hills’ donde la gente está haciendo compras con su tarjeta de crédito dorada y conduciendo su ‘Lexus’? Porque ambos son gente desastrosa. Cuando hablo de gente desastrosa, estoy hablando de mí y estoy hablando de ti. También estoy hablando de los adictos y de los vagabundos y los extranjeros y de las personas que no son como nosotros; simplemente todos nosotros juntos. ¡Y la verdad es que todos necesitamos a Jesús!

¿Amén? Sólo necesitamos a Jesús. Lo necesitamos en nuestras iglesias. Lo necesitamos en nuestras vidas. Lo necesitamos en nuestras familias. Lo necesitamos en nuestro ministerio. Necesitamos que Él nos capacite para vivir el evangelio al que Él nos ha llamado. La distribución diaria (ver Hechos 6:1-2) es hecha por personas desastrosas que ayudan a personas desastrosas y no siempre lo hacen bien. Pero doy gracias a Dios que hay algunos defensores en la iglesia que dicen: “¡Queremos hacerlo correctamente! Queremos hacerlo bien…para Su gloria”.