Guardando la Puerta de Tu Corazón
“Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:5-6).
Una de las grandes tragedias de esta generación; y uno de los mayores pesares de Dios, es que tan pocos cristianos sean realmente felices. Éstos aparentan una buena fachada para cantar, aplaudir, sonreír, pero al acecho justo debajo de la superficie hay miseria, soledad y tristeza. Sin embargo, ¿es para esto que Cristo murió? Pablo advierte sobre aquellos cristianos que es necesario que vuelvan a sus cabales “y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (2 Timoteo 2:26). Este versículo describe perfectamente a muchos cristianos. Satanás entra y sale de sus vidas a su propia voluntad y ellos no tienen poder ni autoridad para detenerlo en la puerta de sus corazones. Él hace alarde de su control sobre ellos: “No tienes poder de Cristo en ti para detenerme. Harás lo que yo te diga”.
Quizás tú eres uno de los atrapados en la trampa del diablo, pero puedes reconocer la trampa y buscar ser liberado. Si has estado sirviendo al Señor por más de unos pocos meses, deberías estar creciendo diariamente en la gracia y el conocimiento de Jesús. Tus victorias espirituales deberían ser dulces; y tú deberías estar seguro de su presencia constante. ¡Por ahora, Satanás debería estar huyendo de ti!
“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13). Establece firmemente tu corazón en caminar con Dios. Al hacerlo, tendrás la seguridad de que el Señor te librará del dominio del diablo.