Guiados por el Gran Pastor
Nuestro Pastor es un guía fiel para nosotros en todas las cosas, sin importar cuán defectuosas sean nuestras decisiones. De hecho, él dice: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
Todos conocen la importancia de tener una guía de calidad. Piensa en las decisiones importantes que tomaste en la vida. Los que lo te guiaron, ¿tenían la experiencia, habilidad y conocimiento para llevarte a donde querías ir? Dios usa a sus hijos para ayudar a otros en el camino, pero Jesús da la guía más sucinta y directa de todas, cuando dice muy simplemente: “Sígueme” (Mateo 9:9).
Jesús ilustra la vida rica y satisfactoria que tiene para nosotros, al utilizar la imagen de un corral de ovejas. “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9). Allí en el corral, sus ovejas están a salvo de todos los enemigos mientras se alimentan de los buenos “pastos” del reino de Dios, disfrutando de salud, paz y libertad.
Satanás busca robarnos la vida que Dios ha diseñado para nosotros. “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir” (10:10). Él lo hace, al tratar de sacarnos del buen “pasto” (es decir, del alimento espiritual crucial) que Jesús nos ha dado. Los cristianos inmaduros son más susceptibles, siempre que sigan con una dieta de “leche”, sin avanzar nunca a la carne de la Palabra de Dios. Son especialmente susceptibles a las artimañas de Satanás en tiempos de crisis, quedando paralizados por el miedo y la preocupación, pensando: “No sé cómo tomar una decisión. ¿Dónde estás, Dios?”
Las Escrituras nos dicen que hay sabiduría en la multitud de consejeros (ver Proverbios 11:14). Dios usa la guía piadosa de un pastor fiel, un consejero profesional o incluso amigos cristianos devotos. La diferencia con Jesús es que él siempre está ahí para nosotros: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (10:11).
Si quieres una verdadera guía en la vida, conoce la voz de tu Pastor. ¿Necesitas dirección en tu vida? Entonces, vuelve a esa simple palabra del Maestro: “Sígueme”. Mantén tus ojos en Jesús y enfócate en lo que dice su Palabra. Él nunca te falla, nunca te deja y siempre tiene lo mejor en mente para ti.