IMPLOREN LAS PROMESAS DE DIOS PARA ESTA GENERACIÓN
Hoy, los niños de América son una generación perdida. Ninguna generación en la historia ha estado tan plagada de sexo, drogas, alcohol, avaricia y asesinato a una edad tan joven. ¿Quién tiene la culpa de esto?
Nuestro sistema educativo se ha vuelto vil y pervertido a medida que los maestros introducen a los estudiantes al ateísmo, la evolución, la perversión, las actitudes sexuales permisivas y la intolerancia antirreligiosa. Un maestro no puede colocar una Biblia en su escritorio, pero puede exhibir literatura sobre temas que van desde el comunismo hasta la pornografía.
Estoy convencido de que toda nuestra sociedad está experimentando un colapso moral. Muchos padres, incluidos los cristianos, culpan a las escuelas, al gobierno, a los medios de comunicación, a la iglesia y a los compañeros de sus hijos. Todas estas fuerzas juegan un papel en la desintegración de nuestra juventud, pero ni las escuelas ni la cultura ni los medios de comunicación ni la música malvada ni las iglesias tibias están causando toda esta ruina. La verdad es que la responsabilidad de esta generación de jóvenes recae principalmente en los padres. El hogar es donde se están sembrando la mayoría de las semillas de rebelión y maldad.
Creo sinceramente que los padres necesitan más sabiduría y discernimiento ahora, que en cualquier otro momento de la historia. Satanás tiene muchos más inventos perversos y disfraces sutiles para usar contra el pueblo de Dios y sólo a través de la oración diaria y diligente y la inmersión en la Palabra de Dios tendremos poder contra él como guardianes de nuestros hogares.
Toma especial atención en esta promesa del pacto para tus hijos: “Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas” (Isaías 44:2-4).
Padres, imploren las promesas de Dios sobre sus hijos; reclámenlos como suyos y sosténganlos delante del Señor en intercesión. Luego bañen a sus familias en oración, y observen al enemigo huir.