INCLUSO EL POLVO SERÁ BARRIDO
Dios está buscando creyentes que deseen ser completamente santos. Sofonías 1:12 declara: “Yo escudriñaré a Jerusalén con linterna”. Esto significa que él viene, por así decirlo, con lámparas mirando en las esquinas, mirando las áreas del sótano y los lugares donde uno no va habitualmente. Él escudriña nuestros corazones, mirando en lo profundo, sondeando pecados obstinados y desconocidos, pecados que no se han tocado y de los que no ha habido arrepentimiento.
Cuando Dios trae sus lámparas, él nos muestra cosas que ni siquiera reconocemos. Su foco de búsqueda lo ayuda a encontrar y cortar incluso el “polvo” de nuestro pecado para que nada quede intacto. Tú puedes pensar que tu vida está limpia, y deberías estar agradecido de que Dios haya hecho un trabajo maravilloso. Sabes que Dios está trabajando gentilmente en cierta área, pero de lo que quizás no te hayas dado cuenta es que tan pronto como termine en esa área, te llevará a otra área. Cuando sientes que él enciende su lámpara sobre ti, sabes que hay más por hacer. Dios es minucioso y hará un trabajo poderoso en tu vida; él no se detendrá hasta que se elimine todo lo que no pertenece.
Dios está buscando intercesores que clamen para que el altar se llene de personas humildes, aquellos que dirán con el corazón quebrantado: “¡Tengo hambre de más de Jesús! Anhelo que él despierte mi corazón”. Dios quiere personas que no sólo hagan que sus vidas se vean bien por fuera, al hacer y decir las cosas correctas, sino que también quieran que sus corazones cambien. Estas son personas que desean la santidad en los rincones más profundos de sus vidas; quieren que todo rastro de mundanalidad sea erradicado, e incluso que el polvo de su pecado sea barrido.
Y Dios está buscando líderes humildes que reconozcan la soberanía del Señor y le sirvan solo a él. Todos debemos decir como Juan el Bautista: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30).