LA BATALLA QUE TODO SANTO ENFRENTA
Como verdadero seguidor de Cristo en esta hora, tendrás que lidiar con todo tipo de voces alrededor de ti, y lucharás en tu mente. Todo santo, sin excepciones, participará en esta guerra secreta. Vemos en las Escrituras que incluso el Rey David experimentó esta batalla de la mente.
¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí ... Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo. Selah”.
“Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez millares de gente, que pusieren sitio contra mí. Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío ... La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu bendición.” (Salmos 3: 1, 3, 5, 6-8).
David escribió este salmo durante una temporada de lucha con un sentimiento de fracaso pasado y debilidad presente. Él había cometido un terrible error en su vida (adulterio e incluso asesinato) y las consecuencias fueron terribles. ¡Qué difícil debió haber sido para David aceptar por completo el hecho de que él todavía estaba en el lado de la victoria, que Dios estaba orgulloso de él y que el linaje de Cristo todavía fluiría a través de él!
Todos podemos mirar hacia atrás en nuestras vidas y ver las cosas que deseamos haber hecho mejor. Nuestros fracasos y debilidades a menudo pueden deslizar en nosotros la sensación de que estamos lejos de donde deberíamos estar, y debido a ello, el enemigo nos acechará.
El apóstol Pablo describió una temporada específica en su vida, en la que esto sucedió: “En todo fuimos atribulados; de fuera, conflictos; de dentro, temores” (2 Corintios 7:5). En otras palabras, voces de burla y maldición habían producido temor dentro de su corazón.
Dios te llamó a ser más que un conquistador; de hecho, tú debes ser un canto de alabanza a su nombre en la tierra.
Carter Conlon se unió al equipo pastoral de la Iglesia Times Square en 1994, por invitación del pastor fundador David Wilkerson, y fue nombrado para el cargo de Pastor Principal en 2001.