LA CURA PARA LA INCREDULIDAD
¿Cómo encuentra un creyente sincero la “cura” para la incredulidad? Considera estos pensamientos sobre cómo deshacerte de la duda en tu corazón.
Lleva cada preocupación, temor y carga a Jesús, ¡y déjalos sobre sus hombros!
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7). Amado, esta es la palabra personal de Dios para ti: “No cargues esa carga una hora más. Yo tengo cuidado de todo lo que está sucediendo y soy lo suficientemente grande como para llevarlo todo por ti”.
¡Estoy tan agradecido de que Dios nunca esté estresado ni sobrecargado! Sus hombros pueden soportar el peso de todos sus hijos a la vez; de hecho, él nos urge a dejarlo todo sobre él. “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo” (Salmos 55:22).
Revisa tu lista de cargas ahora mismo y dile a Dios: “Padre, te doy este problema, este desafío, esta relación”. ¡Y sé un completo convencido de que él tiene cuidado!
Luego, lánzate con una fe plena en la Palabra escrita de Dios. Acepta el desafío del Señor de vivir de acuerdo a su Palabra. “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Debes ser capaz de decir: “¡Viviré y moriré por la Palabra de Dios!”
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría” (Judas 24). Deja que Dios se haga cargo de sostenerte. Simplemente toma su palabra y dile que vas a confiarle tu vida. ¡Demuéstrale que confías en cada una de sus palabras, y sé bendecido!