La Evidencia de un Avivamiento
Se habla mucho de avivamiento en estos días, con diferentes opiniones sobre cómo debería ser. La primera evidencia de un verdadero avivamiento es un gran deseo oír y obedecer la Palabra de Dios. En los días de Nehemías, el pueblo le expresó a Esdras, un sacerdote y escriba, su deseo de que se les leyera el libro de la ley de Moisés. “Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo… y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento” (Nehemías 8:5).
El clamor de sus corazones era: “¡Tráenos la verdadera Palabra del Señor!” Esdras se puso en pie en un púlpito de madera elevado y leyó la Palabra de Dios durante seis horas mientras la multitud se mantenía atenta y oía. Hoy muchos cristianos se aburren en la iglesia y quieren escuchar sermones cortos. Por otro lado, hay quienes están hambrientos de la Palabra y anhelan oír sermones inspirados por el Espíritu Santo.
Otra evidencia de avivamiento es el verdadero arrepentimiento. El pueblo en los días de Nehemías se regocijó y alabó al Señor al leer la Palabra. Luego se inclinaron y adoraron: “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra” (8:6). El pueblo, temblando ante la Palabra de Dios, la tomó en serio y se arrepintió.
Cuando llega el avivamiento, hay un increíble espíritu de gozo y celebración. “Y todo el pueblo se fue a comer y a beber… y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado” (8:12). Dondequiera que se haya restaurado el amor hacia la Palabra de Dios y haya habido arrepentimiento, siempre surgirá una ola de verdadero gozo y celebración.
La evidencia final del avivamiento es la separación absoluta del mundo. “Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros” (9:2). Dondequiera que haya restauración bíblica, habrá una conciencia cada vez mayor del llamado del Señor a separarse de todo lo que es mundano y sensual.
Dios está levantando un remanente formado por aquellos que desean un avivamiento que hace a los creyentes conformes a la imagen de Jesucristo. ¡Qué momento tan emocionante para estar vivo en el cuerpo de Cristo!