La Fuerza de la Sinceridad
”Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia” (Efesios 6:13-14).
La palabra "verdad" aquí en “ceñidos vuestros lomos con la verdad" en realidad no significa la Palabra de Dios. La mayoría de la gente no se da cuenta de esto. La espada del Espíritu, mencionada más adelante en esta serie de versículos, se refiere a la Palabra de Dios. La “verdad” aquí simplemente significa sinceridad. Dios tiene una armadura para nosotros; y una de las primeras cosas con la que él quiere que nos vistamos es la sinceridad. En otras palabras, sé real porque no podrás estar protegido si eres un actor.
Satanás es el actor principal, el engañador principal. Él viene como un ángel de luz (ver 2 Corintios 11:13-15).
Entonces, cualquier acto de falta de sinceridad, actuar de una manera en la iglesia y de otra en casa, cualquier cosa secreta, cualquier cosa oculta, cada vez que nos cubrimos con una apariencia falsa, es como silbar para que el enemigo venga y ataque.
Él va a lanzar un ataque contra muchos de nosotros en un momento u otro de todos modos, así que ¿por qué llamar más su atención? ¿Cuántos de nosotros, desde que nos convertimos en cristianos, hemos pasado por algunas batallas con el enemigo? ¿Cuántos de nosotros hemos experimentado guerra espiritual? Es difícil para algunos de nosotros incluso admitir eso porque tenemos temor de que alguien escuche eso y diga: “¡Vaya, yo pensaba que tú eras victorioso en Cristo! ¿Qué quieres decir con que Satanás te está atacando?
¡Él atacó a Jesús durante 40 días y 40 noches! Por eso la Biblia dice: “Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Hebreos 3:13). Tú no sabes por lo que está pasando la persona a tu lado, pero si pudiéramos ser honestos y sinceros unos con otros y animarnos unos a otros con las promesas de Dios, seríamos capaces de mantenernos firmes contra nuestro enemigo.
Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson.