La Incomodidad de una Vida Encendida
David Platt escribió un libro titulado: “Radical: Recuperando tu fe del sueño americano”. Es un libro asombroso sobre entregar tu vida de todo corazón a Jesús.
Poco después de la publicación del libro de Platt, otro autor escribió un libro titulado "Ordinario: Fe sostenible en un mundo radical e inquieto”. Básicamente, este libro dice que todas estas cosas radicales no están destinadas a personas "normales". El mensaje era “Sí, David Platt, tú puedes ser radical porque te pagan por ser radical. No tienes que trabajar en I.B.M .; no tienes que ser plomero, así que deja de ponernos bajo la culpa, la condenación y la vergüenza llamándonos a ser radicales”.
Mi padre solía hablar de los "profetas de almohada", líderes de la iglesia que amaban la comodidad y las cosas fáciles y que también prometían a la gente una vida próspera y fácil al seguir a Dios. El profeta Ezequiel habló en contra de este tipo de líderes y creyentes.
“Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia” (Ezequiel 34:2-4).
Que Dios nos ayude a no tener vidas relajadas que les cuestan a otros. Que nos ayude a no vivir sólo para la comodidad a expensas de los necesitados que nos rodean. Creo que queremos eso porque sentimos convicción de pecado cuando estamos cerca de alguien que se ha apartado para Dios. Pensamos cosas como "Hombre, me pagan bien y tengo tiempo libre, pero esa persona tiene cinco hijos y dos trabajos y, sin embargo, parece que tiene más de Jesús que yo".
Hay una forma de cambiar eso y someterse a la convicción de pecado que el Espíritu puede estar poniendo sobre tu corazón. Les digo, cuando un hombre o una mujer de Dios se agarra del Señor o el Señor lo toma, la comodidad se va por la puerta. Una vida apasionada deja de ser una vida cómoda.