La Insondable Misericordia de Dios
La escena del Calvario no parecía una victoria. Pero ese día estaba gestándose algo que Satanás no sabía. Era algo que él nunca entendería acerca de nuestro bendito Salvador. ¡Estoy hablando de la misericordia insondable de Dios en Cristo!
Algo increíble sucede cuando una persona recibe a Jesús como Señor. Una vez que abandonan el mundo y le siguen, están unidos por siempre al Señor con cuerdas de amor irrompibles. Considera la descripción de Pablo de esta misericordia profunda e inescrutable:
“¿Quién nos separará del amor de Cristo?... ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:35, 38-39).
A pesar del vergonzoso fracaso de los discípulos, la misericordia de Dios estaba trabajando plenamente en ellos a través del Espíritu Santo. Y esa misericordia determinó su victoria después del oscuro día de la cruz. La semilla de la fe había sido implantada en los seguidores de Jesús, y sus casas habían sido construidas sobre una roca. Sus casas fueron sacudidas, por supuesto, cuando las tormentas satánicas golpearon las paredes y las poderosas olas azotaron los cimientos. Pero cuando pasaron las tormentas, era obvio que esas casas habían superado la prueba.