LA LLUVIA DE LA COSECHA
Los profetas – desde Isaías, Jeremías, y Ezequiel hasta los profetas menores – revelan que en los últimos días el Espíritu de Dios caerá una vez más sobre las personas que estén preparadas. Este evento se conoce como “la lluvia de la cosecha”. Promete ser más grande que la “lluvia temprana” que fue el gran derramamiento del Espíritu en Pentecostés.
Esta profecía de la “última lluvia” se refiere a las dos lluvias que caen anualmente en Israel. Las estaciones de Israel son opuestas a las nuestras. La lluvia temprana (o primera) llega en el otoño, y riega el cultivo recién plantado. Esto tipifica lo que sucedió en Pentecostés, cuando la “primera lluvia” cayó en un gran derramamiento del Espíritu de Dios. Esa lluvia regó la semilla de la Palabra de Dios, y creció y se expandió para llegar a ser la iglesia mundial que vemos hoy.
NO HAY COSECHA SIN LLUVIA
La “ultima lluvia” de Israel llegaba en la primavera, madurando los cultivos justo antes de la cosecha. Zacarías se refiere a esta última lluvia, un derramamiento del Espíritu Santo en los últimos días. (Ver Zacarías 10:1)
Moisés dijo que simplemente no podría haber cosecha sin la otra lluvia. El Señor le dijo a Israel a través de él, “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos…yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite” (Deuteronomio 11:13-14).
¡DESPIERTA IGLESIA!
Finalmente, Joel 2:21-27 nos da una imagen vibrante de cómo es cuando esta lluvia de la cosecha llega, diciendo en efecto: “¡Despierta, iglesia! Mira a tu alrededor. Lo que ves que está sucediendo ha sido profetizado. Está comenzando a llover, y el Señor ha hecho que las nubes estén brillantes y llenas de agua. El Espíritu está preparando todas las cosas para la gran cosecha final.”