LA PRESIÓN POR HACER LO CORRECTO

David Wilkerson

El libro de Tito nos dice que la gracia nos es dada como poder sobre el pecado, para darnos la capacidad de vivir vidas sobrias y santas: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito
2:11-13).

Desde Pentecostés ha habido una maravillosa medida de esta gracia en el pueblo de Dios. El Espíritu Santo ha traído convicción de pecado a todas las naciones, enseñando a creyentes de toda raza y lengua cómo hacer a un lado las cosas, la impiedad y la lujuria de este mundo. El resultado ha sido un pueblo que vive sobria y rectamente; y que anhela la venida de Jesús.

La Biblia dice en Zacarías 12:10, que el Espíritu Santo será derramado como el “espíritu de gracia y de oración”. Yo creo que este espíritu de gracia tornará por completo los corazones del pueblo de Dios del mundo y producirá en ellos un clamor de pureza de corazón.

Vamos a ser testigos de una predicación con convicción de pecado, con exposición de lo malo y de arrepentimiento, como nunca antes se vio en la historia. Toda la injusticia, impiedad y necedad serán expuestas y los que están en la casa de Dios, se sentirán compelidos a hacer lo correcto.

Recibí una llamada telefónica de un querido hermano en el Señor, principal en un ministerio. Él y otros líderes de este ministerio se habían estado reuniendo para buscar al Señor, cuando de pronto, el Espíritu Santo empezó a exponer el pecado en medio de ellos. Varios integrantes del equipo ministerial dejaron el ministerio y el hermano me dijo: “Ahora que el Espíritu Santo ha venido, existe una presión por hacer lo correcto”.

Sus palabras me impactaron y no pude hacerlas a un lado: Presión por hacer lo correcto. Cuando el Espíritu Santo viene y expone el pecado, los que han estado tibios o cediendo sus principios, reciben convicción de pecado en sus corazones.

Amados, la presión por dejar el pecado y hacer lo correcto va a intensificarse en los últimos tiempos de la iglesia de Dios.