LA RESURRECCIÓN AQUÍ Y AHORA
Recibí un correo electrónico de un pastor que había dejado su iglesia. Este pobre hombre había caído en un profundo pecado y había perdido a su esposa y a sus hijos. Toda su vida se desmoronó y se terminó enfrentando la muerte.
En su hora más oscura, él cayó de rodillas y clamó pidiendo ayuda. Jesús vino a este hombre quebrantado y desesperado, y sopló vida nueva en él. Poco después, la mujer del hombre lo llamó, diciendo: “Echo de menos a Jesús. ¿Podemos intentarlo de nuevo?”
Hoy, ese pastor trabaja en uno de nuestros centros de rehabilitación. Considera Efesios 2:1-3: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo…entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira”.
Tal vez esto describe tu experiencia. Antes de conocer al Señor, tú hacías lo que querías. Fuiste atrapado en el espíritu de los tiempos, probando cada pecado y placer. Pensaste que podrías “deshacerte de Dios” por un tiempo. Creíste que tus buenas obras y donaciones te salvarían.
Entonces el Señor vino a ti. “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Efesios 2:4-6).
Amados, todo esto es acerca de obtener una vida nueva, la cual sólo puede encontrarse en Cristo. Pablo no está hablando aquí de la resurrección final. Él está describiendo lo que Dios hace en la tierra, ¡la resurrección aquí y ahora!