Las tentaciones de los justos

David Wilkerson

"Entonces Jess fue llevado por el Espritu al desierto, para ser tentado por el diablo." (Mateo 4:1). Qu versculo increble. Mateo audazmente dice que el Espritu de Dios llev a Cristo a una experiencia en el desierto donde tendra que sufrir severas tentaciones.

Aun ms asombroso, este verso directamente sigue una escena de gran gloria. Jess recin haba sido bautizado en el Jordn. Cuando l sali del agua, los cielos se abrieron, y el Espritu descendi como una paloma y descans sobre su hombro. Entonces una voz del cielo declar: "ste es mi Hijo amado en quien tengo complacencia" (Mateo 3:17).

Quizs estas pensando: Si Dios estuviera tan contento con Jess, dicindole a todo el mundo que ste era su Hijo amado, por qu entonces llev a Cristo a una experiencia en el desierto?

Permteme recordarte que Jess es el modelo para nuestras vidas como creyentes. Juan escribe: "como l es, as somos nosotros en este mundo." (1 Juan 4:17). Es ms, Cristo fue "tentado en todo segn nuestra semejanza." (Hebreos 4:15). El mensaje de la Escritura es claro: Todos los que estn en Cristo--el "amado" de Dios, sobre quien su Espritu descansa--sufrir una experiencia de prueba en el desierto, as como Jess. Y esa experiencia estar acompaada por tentaciones satnicas.

Nota -- este principio no aplica a los creyentes de corazn tibio o fro. Tales pruebas vienen solamente a aquellos que caminan en el Espritu y en comunin con el Seor. De hecho, mientras mayor es la pasin de una persona por Jess, ms intensas sern sus pruebas en el desierto.

An, cuando el Espritu Santo nos lleva al desierto, Dios tiene un propsito eterno en mente para nosotros. No te equivoques, sin embargo-- Dios no nos tienta. Es el diablo quien tienta: "Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni l tienta a nadie." (Santiago 1:13).

Para descubrir el propsito de Dios para nosotros en nuestras pruebas en el desierto, necesitamos examinar la experiencia de Cristo. Fuera del desierto, las multitudes enfrentaron sus propias tentaciones. Estas tentaciones eran bajas, tenan que ver con la codicia, el adulterio, la violencia, el robo, la bebida, las apuestas. Esas personas vivieron en un plano ms bajo en todo sentido.

Y Jess estuvo por encima de todo. l no sera tentado por tal totalidad de pecado. Porque l era justo, amado, escogido, sus tentaciones vendran a un nivel ms alto. Seran ms profundas, misteriosas, e intensas que los pecados bajos de la vida. Sus tentaciones estaran en el reino espiritual--y tendran consecuencias eternas.

Lo mismo es verdad para nosotros hoy. Una persona verdaderamente espiritual no es tentada a lo largo de la totalidad de la carne. Por ejemplo, l no sera tentado a salir furtivamente a un bar para beber probablemente, o para alquilar un cuarto de hotel para fornicar con una prostituta, o para desear a la esposa de otro hombre. Ni habra l considerado alguna vez las apuestas, el uso de drogas o maldecir.

Al contrario, su deseo diario es estar ms cerca del Seor. l hace a Jess Seor de toda su vida--devorando la Palabra de Dios diariamente, buscndole en oracin, su alma llora: "Seor, quiero ir ms profundo contigo. Quiero caminar ms cerca de ti que nunca."

Esto te describe a ti? En ese caso, tus tentaciones sern ms como las del tipo que Cristo soport. Tendrn que ver con tu obediencia a Dios, y con tu dependencia en su Palabra. Y Satans har todo lo que est a su alcance para tentarte. l quiere separarte del destino de Dios para ti. l intentar minar tu llamado, robar tu uncin, y convencerte de que la aprobacin y bendicin de Dios en tu vida es mentira.

En un momento cuando Jess estaba fsicamente vulnerable, el diablo trajo su primera tentacin. La Escritura dice de Cristo: "Y despus de haber ayunado cuarenta das y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a l el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan" (Mateo 4:2, 3).

No hay ningn pecado en estar hambriento. As que, Cul es el problema aqu? Satans estaba desafiando a Jess: "Si eres totalmente Dios, entonces tienes el poder de Dios en ti. Y ahora mismo, ests en una posicin difcil. Por qu no usas el poder que Dios te dio para librarte a ti mismo? No te dio ese poder para ver si t lo usaras apropiadamente?

"T no hiciste nada para estar en esta circunstancia de prueba. Y t sabes que a Dios no le gusta ver a sus hijos sufrir. As que, no tienes necesidad de soportar otra hora de esto. Y no hay nada malo con satisfacer tu propia necesidad. Simplemente di la palabra, y ordena salir de esto."

Aqu est una de las tentaciones ms insidiosas que enfrentan las personas verdaderamente piadosas. Como tu ejemplo, Jess, tu tienes una pasin por Dios. Has dispuesto tu corazn para estar rendido totalmente a l. Entonces el Seor te lleva a una experiencia en el desierto--y soportas un perodo largo de prueba y sequedad. Despus de un momento, las preguntas se levantan. Comienzas a perder tu rumbo, preguntndote por los propsitos eternos de Dios en tu vida. Y mientras tratas de orar y ganar la victoria, las tentaciones de Satans parecen ms feroces que nunca.

sta fue la experiencia de David. El Espritu Santo llev a este hombre piadoso a una prolongada experiencia en el desierto. Con el tiempo David lleg a estar tan descorazonado, que pens que el mundo entero se haba vuelto loco. l clam: "se acabaron los piadosos... han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres." (Salmo 12:1). "Habla mentira cada uno con su prjimo... Hablan con... doblez de corazn." (12:2).

David estuvo en dolor por un largo tiempo, comenz a moverse en el espiral de la desesperacin. l dijo "Con tristezas en mi corazn cada da" (ver Salmo 13:2). Y se preguntaba cundo iba a terminar: "Hasta cundo, Jehov? Me olvidars para siempre? Hasta cundo esconders tu rostro de m? Hasta cundo pondr consejos en mi alma, con tristezas en mi corazn cada da? Hasta cundo ser enaltecido mi enemigo sobre m?" (13:1-2). Estaba preguntndole a Dios: "Por qu tengo que seguir intentando salir de esto solo? No puedo encontrar la causa."

En el Salmo 35, David habla de una trampa que sus enemigos le haban puesto: "Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida... Porque sin causa escondieron para m su red en un hoyo; Sin causa cavaron hoyo para mi alma" (Salmo 35:4,7). Qu es esta trampa oculta?

Es la misma tentacin que Satans lanz a Jess. El enemigo quiere que actes independientemente del Padre. Cuando ests en medio de tu prueba, el diablo dice: "Tu sufrimiento no es de Dios. No tienes que pasar por esto. Tienes el poder de Dios en ti, a travs del Espritu Santo. As que no tienes que aguantar esto otro da más. Di la palabra--librate de tus profundas perturbaciones. Satisface tu propia hambre."

El primer esquema de Satans fue crear una falla en el poder. Estaba esperando que Dios no honrara el clamor de Jess por pan, si l deba pedir. Si el poder celestial fallaba, entonces Cristo podra dudar de su divinidad y apartarse de su propsito eterno en la tierra.

Segundo, Satans saba que Jess fue enviado a hacer tan slo lo que el Padre le dijera. As que trat de convencer a Cristo a desobedecer aqu para su propio bienestar. De esa forma, si Jess usaba su poder ahora para evitar el sufrimiento, podra hacer lo mismo despus para evitar la cruz.

El diablo ha usado esta misma tentacin en multitudes de seguidores de Cristo. Tales creyentes una vez tuvieron una verdadera hambre de Dios. Eran ungidos, llenos de oracin, y llenos del poder del Espritu Santo. Pero entonces fueron llevados a un desierto de sufrimiento, necesidad y desesperacin. Y Satans les tent a dudar que su prueba era dirigida por Dios, y usar el poder de Dios para salvarse a s mismos.

El enemigo susurr: "Ests cansado de todos estos problemas financieros. Y Dios no est contestando ningunas de tus oraciones. Todos los das, te desesperas por lo que esta te prueba te ha trado a ti y a tu familia. Y ahora no puedes soportarlo ms."

"Tienes la Palabra de Dios en tu corazn. Y l te ha dado poder a travs del Espritu Santo. Por qu no ejerces ese poder para terminar con este sufrimiento? Descansa en la promesa de Dios, y habla para salir de esta prueba, ahora mismo. Es por una buena causa."

Creyeron la mentira de Satans. Y buscaron descansar en una sola promesa de liberacin, para tratar de terminar con su sufrimiento. Dejaron de confiar, y en cambio comenzaron a "ordenar" a las finanzas a llegar a su camino. Pero sus rdenes no fueron validadas por el Espritu Santo--y sus planes fallaron.

As que tomaron el asunto en sus propias manos. Sobrepasaron el lmite en sus tarjetas de crdito y tomaron prstamos. Contrajeron deudas profundas, mientras alardeaban: "Dios est bendicindome." Pero con el tiempo, todo se estrell Ah fue cuando se amargaron. Finalmente, perdieron inters en la Palabra de Dios y se descarriaron. He sido testigo de esto una y otra vez.

Estas personas terminaron abortando el plan de Dios para su prueba. El Seor haba deseado traerles a una total dependencia y confianza en l. l quiso que la prueba les despojara de toda confianza en el hombre y en sus propias habilidades. l tambin quiso producir en ellos una compasin como la de Cristo por otros en pruebas similares. La Escritura dice que stos eran los propsitos de Dios para con su propio hijo: "Y aunque era Hijo, por lo que padeci aprendi la obediencia" (Hebreos 5:8). "Pues en cuanto l mismo padeci siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados." (2:18).

Entonces, cmo respondi Jess a la tentacin del diablo? "l respondi y dijo: Escrito est: No slo de pan vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4). Cristo dijo, en esencia: "Mi venida a la tierra no es por mis necesidades, heridas o descanso fsico. Vine a dar a la humanidad--no a salvarme a m mismo."

Incluso en la plenitud de su sufrimiento, Jess no perdi de vista su propsito eterno. Y si nuestro Seor aprendi dependencia y compasin a travs de una experiencia en el desierto, as ser con nosotros tambin. De hecho, los creyentes que yo conozco, que tienen la verdadera compasin de Cristo son aquellos que han soportado el sufrimiento y han salido con un testimonio de la fidelidad de Dios. Pueden decir con Pablo: "yo traigo en mi cuerpo las marcas del Seor Jess" (Glatas 6:17).

Cuando Jess estaba de pie en el punto ms alto del templo, Satans le susurr: "Adelante--salta. Si realmente eres el hijo de Dios, l te salvar. Su Palabra dice que los ngeles acampan alrededor tuyo para protegerte, as que, nunca sufrirs heridas" (Mateo 4:5,6).

Ves la desviacin de Satans en esto? l aisl una simple promesa de la Escritura--y tent a Jess para lanzar su vida entera sobre ella. l estaba sugiriendo: "Dices que Dios est contigo. Bien, prubalo. Tu Padre ya me ha permitido molestarte. Dnde estaba su presencia en eso? Puedes probar que l est ahora mismo contigo saltando. Si Dios est contigo, proporcionar un aterrizaje suave. Entonces puedes basar tu confianza en eso. Si no, es mejor que mueras que seguir preguntndote si ests por tu cuenta. Necesitas un milagro para demostrar que el Padre est contigo."

Una vez ms, David soport una prueba similar. l haba testificado al mundo de la fidelidad de Dios para con l. An ahora mismo David se encontraba en un hoyo de desesperacin. Y Satans vino a l con burlas acusadoras: "Mrate. Ests derribado, y ni siquiera sabes por qu. Dices que Dios es fiel, y sin embargo, ests espiritualmente seco. Oras maana, medioda y noche. Pero todos los das te levantas con un anhelo inexplicable, desconocido. Dnde est Dios en todo esto?"

David clam: "Mis enemigos me afrentan, dicindome cada da: Dnde est tu Dios?" (Salmo 42:10). Entonces agreg estas palabras a su lamento: "Mira, respndeme, oh Jehov Dios mo; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; Para que no diga mi enemigo: Lo venc. Mis enemigos se alegraran, si yo resbalara" (13:3-4).

La batalla que ruga en la mente de David es comn a todas las personas piadosas. A veces Dios parece callado. Podemos encontrarnos en luchas que no entendemos. Como David, lloramos: "Cunto tiempo, Seor? Cundo me mostrars evidencias que ests conmigo? Por favor, dame una seal, una prueba del bien."

A estas alturas, puedes preguntarte: Qu hay de malo en confiar en las promesas de Dios? La Biblia dice que todas las promesas de Dios son 's y amn' para aquellos que creen" (vea 2 Corintios 1:20). De hecho, somos libertados por las promesas fieles de nuestro Seor.

Pero existe un serio peligro para cualquiera que saca un versculo del resto de la Escritura y coloca su fe entera en l. Permteme darte un ejemplo. Conozco una mujer que estaba desesperada totalmente por sus finanzas. Necesitaba una serie de milagros para sobrevivir. As que puso toda su fe en una sola promesa bblica: "Traed todos los diezmos al alfol y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehov de los ejrcitos, si no os abrir las ventanas de los cielos, y derramar sobre vosotros bendicin hasta que sobreabunde." (Malaquas 3:10).

Esta mujer se lanz del templo y descubri que no haba ninguna red. El diablo tuvo xito destruyendo su fe. Cmo? La convenci para que ignorara el consejo completo de la Escritura.

S, Dios promete abrir el cielo a los dadores. Pero l tambin requiere una cierta condicin del corazn de aquellos que diezman: "Si los cielos se cerraren y no hubiere lluvias, por haber pecado contra ti" (2 Crnicas 6:26). Esta mujer nunca trat con otros pasajes que requieren su necesidad de perdonar. Alberg envidia y celos en su corazn.

La mayora de la falsa doctrina, error y sectas religiosas salen de tales intentos desviados. Cuando las personas intentan aislar una promesa de la Escritura, quieren obligar a Dios a que demuestre ser fiel a esa promesa. Sin embargo, ignoran lo que el resto de la Escritura demanda y las condiciones requeridas. sta es la razn de la respuesta previa de Jess a Satans: l respondi y dijo: Escrito est: "No slo de pan vivir el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4).

Ahora, en el techo del templo, encuentro profundo que Dios permitiera que su Hijo fuera llevado a tal peligroso punto de decisin. Y, porque Jess era totalmente humano as como totalmente Dios, debe haber tenido preguntas. Pregunt: "Padre, s que me has llamado a entregar mi vida? Y lo acepto alegremente. Pero, dnde ests en todo esto? Por qu me has permitido estar puesto en tal prueba?"

Cmo respondi Jess? Declar: "Escrito est tambin: No tentars al Seor tu Dios" (Mateo 4:7). Qu exactamente Jess quiere decir aqu por "tentar a Dios?"

El antiguo Israel es un ejemplo. Diez veces el Seor se mostr fiel a los israelitas, el pueblo de Dios recibi pruebas visibles de que su Seor estaba con ellos. Sin embargo, todas las veces, el pueblo hizo la misma pregunta: "Est Dios entre nosotros o no?" Dios llama a esto "tentarle". Si Dios lo hubiera permitido, no habra fin a su bsqueda de "pruebas."

Ahora Jess usa esta misma frase --"tentar a Dios"-- en su respuesta a Satans. Qu nos dice esto? Nos muestra que es un grave pecado dudar de la presencia de Dios, no debemos preguntar si l est con nosotros.

Muy a menudo, todos los cristianos ponen a Dios a prueba en sus experiencias del desierto. Dicen: "Seor, no puedo seguir a menos que me des evidencia de que ests conmigo. Satans est acusndome, y no puedo dejar de sentir que l tiene la ventaja. Ests conmigo o no? Si no me libras pronto, o me das una seal de tu bendicin, dejar la lucha."

Sin embargo, como con Israel, Dios ya nos ha dado un cuerpo entero de evidencias. Primero, tenemos en su Palabra mltiples promesas de su cercana. Segundo, tenemos nuestra propia historia personal con Dios--un testimonio de sus muchas liberaciones pasadas en nuestra vida. Tercero, tenemos una Biblia llena de testimonios de la presencia de Dios en siglos pasados de pruebas y penalidades. Sin duda, nuestro Seor se ha mostrado a nosotros una y otra vez. Pero todava exigimos evidencias fsicas--con condiciones.

La Biblia es clara: debemos caminar con Dios por fe y no por vista. De otra manera, terminaremos como la infiel Israel.

En la montaa, Satans tent a Jess con esta oferta: "Todo esto te dar, si postrado me adorares" (Mateo 4:9). Esto suena tan extrao, tan ridculo: Cmo podra ser considerada una tentacin? Satans crey que Jess realmente sera tentado por esto?

Cralo o no, esta era una poderosa e incitante oferta. Satans estaba desafiando a Jess, diciendo: "Dios te ha llamado a entregar tu vida por un mundo perdido. Y has venido a libertar de mis manos a los prisioneros. Jess, te digo, puedes lograr todo eso ahora mismo, en un instante.

"Te prometo que si te postras simplemente bajo mis pies, en un sencillo acto de adoracin, dejar la pelea. Entregar todo mi poder sobre estos reinos. No poseer o esclavizar a nadie ms. No ms esclavitud demonaca, no ms hostilidad de mis principados y potestades. S que amas a la humanidad lo suficiente como para ser maldito por Dios por su causa. As que, por qu esperar? Puedes sacrificarte ahora mismo, y libertar al mundo desde este mismo momento."

Esto hace eco de las palabras del apstol Pablo: "Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes segn la carne" (Romanos 9:3). Satans estaba jugando con la compasin humana de Cristo aqu. Estaba tentando a Jess con una visin de un mundo dnde el diablo renunciaba a su dominio sobre la gente malvada-- todo a cambio de un acto.

Por qu el diablo estaba dispuesto a renunciar a todo su poder por esto? De nuevo, l estaba tratando de salvar su propio pellejo. Satans saba que su destino eterno se sellara en el Calvario. As que, si l poda impedir que Jess fuera a la cruz, podra librarse de ese destino. Y convenciendo a Cristo que rindiera su vida ahora, la cruz nunca podra ocurrir. El diablo estaba diciendo, en esencia: "S maldito, Jess, por salvar el mundo ahora."

Puedes preguntarte: "Cmo puede relacionarse esto conmigo?" Satans todava tienta al justo con una oferta similar. Permteme explicarte.

Primero, Satans sabe que los creyentes consagrados nunca se postraran a l en ningn acto de adoracin. As que, en cambio, viene a nosotros con amenazas y acusaciones. Nos dice: "No tienes que adorarme--porque ya tengo acceso a tu carne. Conozco todas tus debilidades y tendencias. He estado nutrindolas desde que eras un nio. Y puedo llenarte con ellas a mi voluntad."

No hay ninguna victoria en la cruz para ti. Las promesas del pacto son todas mentiras. Tengo control total de tu naturaleza admica, tus pecados ocultos. Te lo he demostrado una y otra vez. Sabes que puedo agobiarte cuando quiera, cuando menos lo esperas.

"As que, sigue adelante y testifica de tu libertad en Cristo. En el momento que cantes tus alabanzas en voz ms alta, doblegar tu mente con el mal. Traer tu pecado tan poderosamente a ti que, desesperars por ser libre. T eres impotente. An ahora cedes ante mi tentacin ms ligera."

Conozco ministros que fueron libres de la esclavitud del pecado durante dcadas. Entonces, ms tarde en su vida, en un momento de gran uncin o bendicin, su vieja lujuria apareci. El enemigo lo puso ante ellos para tratar de asustarlos y traerles pensamientos de condenacin. Esto me ha pasado a veces durante mi ministerio. El enemigo me ha perseguido con malos pensamientos y me ha dicho que el pacto era mentira-- que era impotente contra el dominio del pecado, y mi pecado siempre se levantara sobre m.

Cmo respondemos a las acusaciones de Satans? "Resistid al diablo, y huir de vosotros" (Santiago 4:7). No importa cuntas tentaciones Satans te lance. No necesitas temer ningn pecado del pasado. Si la sangre de Cristo lo ha cubierto, entonces el diablo no puede hacer nada para separarte del Padre.

Claro, siempre enfrentars sorpresas repentinas de pecado. Pero el Espritu Santo es fiel para exterminar todas esas viejas lujurias mientras clamamos a l para mortificarlas. l no permitir que nos destruyan. Las promesas del pacto de Dios nos libertan del poder y del dominio del pecado.

Suponte que vino a Jess en da cuarenta y uno--el da siguiente de su tentacin en el desierto. Su cara est brillando, porque los ngeles han refrescado su espritu. l se est regocijando, alabando al Padre, porque ha ganado una gran victoria. l ha vencido las tentaciones del enemigo.

Ves a Jess irradiando vida y confianza. Ahora est listo para enfrentar los poderes de infierno. As que se prepara audazmente hacia las grandes ciudades que estn en tinieblas. Predica el evangelio, seguro de la Palabra de Dios. Y sana a los enfermos, sabiendo que su Padre est con l.

Ahora, cuando examinas tu propia vida, ves justamente lo contrario. Todava ests enfrentando tu propia experiencia de sequedad en el desierto. Has soportado los fieros ataques de Satans, y tu alma est postrada. No puedes dejar de pensar: "Jess nunca pas por pruebas como las mas. l estaba por encima de todo esto."

Vas a la iglesia con este marco en tu mente--tentado, probado, desesperado. Ahora ante ti est de pie tu pastor--un hombre que parece fuerte en la fe. Parece tan seguro de la presencia de Dios, como si hubiera sido visitado por el ministerio de los ngeles. T piensas: "l nunca ha tenido problemas como los mos."

Si slo supieras. No estabas all cuando Dios llam a este hombre a predicar. El Espritu Santo le dio un llamamiento glorioso--e inmediatamente lo llev a un desierto para ser tentado penosamente. No sabes nada de esos das, semanas y meses que l fue plagado por un hambre profunda por Dios que no fue saciada. Nunca has experimentado las mentiras que Satans puso en su mente, los malos pensamientos que le han presionado a veces. No estabas all en los das que fue reducido a nada, postrado en desesperacin. Y no te das cuenta que a menudo sus mejores sermones han salido de las pruebas de su propia vida.

Pablo nos advierte de no medir nuestra justicia por lo que pensamos de los otros: "Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a s mismos; pero ellos, midindose a s mismos por s mismos, y comparndose consigo mismos, no son juiciosos." (2 Corintios 10:12).

No podemos leer los corazones de otros. Quin habra imaginado que en el da cuarenta y uno Jess haba salido de una larga y horrible tentacin? Quin habra imaginado que la gloria que vieron en l sali de la peor lucha que cualquiera podra soportar?

Debemos mirar slo a Jess. Y debemos confiar slo en su justicia, su santidad. l nos ha dado a todos igual acceso a esto.

Dios te ama en tus tiempos de prueba. Su propio Espritu te ha llevado al desierto. An su propio Hijo ha estado all--y l sabe exactamente por lo que ests pasando. Djale completar su obra de formar en ti la dependencia y confianza absoluta en l. Saldrs con confianza--y compasin piadosa y fortaleza para ayudar otros.

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