LOGRANDO TU MÁXIMO PROPÓSITO
“Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti” (Hechos 26:16).
“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios ... a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro” (1 Corintios 1:1-2).
Estos dos versículos ejemplifican el gran propósito que Dios tenía para Pablo cuando se le apareció por primera vez en el camino a Damasco. Lo primero que hace Jesús cuando está a punto de cambiar nuestras vidas es aparecerse a nosotros. Tal vez no en forma física, pero él comienza a hacer toda la diferencia en el mundo y a darle la vuelta a nuestro mundo. Después de decirnos “levántate, y ponte sobre tus pies”, él comienza a revelarnos su nuevo propósito.
Hay un período de tiempo que tenemos para estar en la Tierra (ver Hebreos 9:27), pero no somos salvos sólo para llegar al cielo cuando muramos. No, Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. Jesús le dio a Pablo un propósito específico en su vida y vemos en Hechos 26:16 que era ser puesto “por ministro y testigo”.
Como cristiano, tú estás llamado a servir y ser testigo de Jesucristo para los que te rodean. ¿Qué ha hecho Dios por ti? ¿Qué has visto hacer a Dios por los demás?
En otra ocasión, Jesús dijo: “Por tanto, id, y haced discípulos ... y he aquí yo estoy con vosotros todos los dias, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20). Porque eres un siervo de Cristo, él siempre está contigo, equipándote para que seas un testigo para aquellos con quienes te encuentres. ¡Ese es tu máximo propósito!