LOS HIJOS DE ESCEVA
“Un grupo de judíos viajaba de ciudad en ciudad expulsando espíritus malignos. Trataban de usar el nombre del Señor Jesús en sus conjuros y decían: «¡Te ordeno en el nombre de Jesús, de quien Pablo predica, que salgas!». Siete de los hijos de Esceva, un sacerdote principal, hacían esto. En una ocasión que lo intentaron, el espíritu maligno respondió: «Conozco a Jesús y conozco a Pablo, ¿pero quiénes son ustedes?». Entonces el hombre con el espíritu maligno se lanzó sobre ellos, logró dominarlos y los atacó con tal violencia que ellos huyeron de la casa, desnudos y golpeados.
Esta historia corrió velozmente por toda Éfeso, entre judíos y griegos por igual. Un temor solemne descendió sobre la ciudad, y el nombre del Señor Jesús fue honrado en gran manera. Muchos de los que llegaron a ser creyentes confesaron sus prácticas pecaminosas”. (Hechos 19:13-18, NTV).
¡Qué historia! Vemos en ella, tan claro como el día, la imagen de miles de iglesias, ministerios y creyentes de hoy. Observa algunas características de los hijos de Esceva. Ellos tenían un trasfondo religioso, una tradición de segunda generación con una historia de rituales y la religiosidad. Tenían prestigio y reputación en la casa de Dios, porque eran hijos del Sumo Sacerdote. Conocían las Escrituras, y habían aprendido bien la jerga de la guerra espiritual.
Pero eran patéticos periquitos que repetían las palabras, entonaciones y fórmulas de oración sin tener verdadera comunión ni una relación con Dios. Sabían la jerga de memoria, pero no había ninguna victoria, ni una autoridad sobrenatural verdadera. Ellos sabían cómo mantener las apariencias, pero no tenían ningún poder, ninguna capacidad divina para liberar; no eran más que una pálida imitación con iluminación. Querían echar fuera demonios, pero no habían desarrollado su relación con Dios en el lugar secreto. El resultado fue terrible y peligroso.
¿Estás sediento de una unción de libertad, autoridad y victoria? ¿Arde en ti el deseo de caminar por la fe que “da vida a lo que estaba muerto”? Clama junto conmigo: “Señor, aumenta mi fe”. No hay límite para el poder que da liberación, protección y fuerza y que será tuyo si te pones de pie para enfrentar al enemigo con la fe que dice: “Para los hombres esto es imposible; pero para Dios todo es posible” (Ver Mateo 19:26).
Claude Houde es el pastor principal de la Iglesia de la Nueva Vida (Eglise Nouvelle Vie) en Montreal, Canadá; y es un orador frecuente en conferencias para pastores y líderes dirigidas por World Challenge en todo el mundo. Bajo su liderazgo la Iglesia de la Nueva Vida se ha incrementado de ser un puñado de personas, a más de 3500 miembros, en una parte de Canadá donde pocas iglesias protestantes han alcanzado éxito.