MIRA A NUESTRO GLORIOSO REY

David Wilkerson (1931-2011)

Parece que todo el mundo está temblando ahora mismo por los acontecimientos actuales. Pareciera que casi todos los días nos despertamos con alguna situación que sacude nuestro cimiento. En el último año, la Tierra ha experimentado cifras record en inundaciones, incendios devastadores que están arrasando ciudades enteras, huracanes y terremotos. Y luego tenemos el rápido e indiscutible declive moral de nuestra sociedad.

Para el mundo secular, debe parecer que nadie está a cargo. Los inconversos están convencidos de que ya no queda solución, de que todo se está convirtiendo en un caos, pero el pueblo de Dios sabe que esto no es verdad. Sabemos que no hay razón para temer, porque la Biblia nos recuerda una y otra vez que el Señor tiene todo bajo control. Nada sucede en el mundo sin su conocimiento y gobierno.

El salmista escribe: “Porque de Jehová es el reino, y él regirá las naciones” (Salmos 22:28). Del mismo modo, el profeta Isaías declara al mundo: “Acercaos, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella” (Isaías 34:1). Él está diciendo: “Escuchen, naciones, y denme su oído. Quiero decirles algo importante sobre el Creador del mundo”.

Isaías afirma que cuando la indignación de Dios se levanta contra las naciones y sus ejércitos, es el Señor mismo quien las libera. “He aquí que las naciones le son como la gota que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas ... Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es ... Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas” (Isaías 40:15, 17, 22).

Isaías aconseja al pueblo de Dios, que es maltratado y atribulado por los acontecimientos mundiales: “Mira al cielo, a los cielos gloriosos. Contempla los millones de estrellas colocadas allí y recuerda que tu Dios creó y puso nombre a cada una de ellas. ¿No eres tú más precioso para él que ellas? ¡Así que no temas!”

¿Cómo puedes dudar de la preocupación de Dios por ti en tus tiempos de crisis? Su Palabra está llena de promesas y esperanza, así que aférrate a Él sin importar qué.