No Dejes Que te Roben el Gozo
En este momento las personas son más infelices que nunca. Eso puede sonar sorprendente debido a todo el progreso que está haciendo la humanidad. Los economistas nos dicen que somos la generación más rica de la historia. Tenemos más actividades de ocio y entretenimiento que en cualquier otro tiempo. También tenemos más comodidades modernas que nunca. Los avances médicos se multiplican año tras año.
Sin embargo, a pesar de estos avances, los líderes en prácticamente todos los campos (psiquiatría, sociología, medicina, educación) nos dicen que esta es la generación más infeliz que jamás haya existido. Y esto no se limita a la sociedad secular. Las mismas estadísticas se aplican a la familia de Dios: personas que son salvas, santificadas, llenas del Espíritu de Dios, conocen la Palabra de Dios y son activas en la comunidad cristiana. Los jóvenes hablan de aburrirse, incluso con miles de entretenimientos digitales a su alcance. Al final del día, todo les deja con una angustia interna.
¡Nos están robando nuestro gozo! La Biblia dice: “El ladrón [Satanás] no viene sino para hurtar y matar y destruir” (Juan 10:10). Esto no es sólo una advertencia para las personas respecto a adicciones o pecados graves. El enemigo de nuestras almas quiere despojarnos de todo lo que Dios tiene en mente para nosotros, incluido el gozo, la paz, el contentamiento, la energía en la vida, y de acuerdo con la Biblia, eso incluye la felicidad.
La Biblia nos dice: “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro” (Salmos 89:15). “Cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor” (Jeremías 31:13).
¿Cómo soportan los seguidores de Jesús en otras partes del mundo, ataques horribles? ¿Cómo mantienen la esperanza los cristianos encarcelados en países hostiles a su fe? Tienen dentro de ellos un gozo y una felicidad que los sostiene a través de todo. La Biblia que leen renueva sus mentes, vivificando dentro de ellos lo que el Espíritu ya ha puesto en sus corazones: que la verdadera felicidad, dada por Dios, es una realidad en nuestras vidas.
Cuando tu cabeza esté llena de pensamientos negativos, cuando comiences a dudar del amor de Dios por ti y de su complacencia en ti, recuerda que eres un hijo de tu Padre celestial que se complace en ti. Su Palabra hace de esto una realidad, ¡así que créelo y encuentra la verdadera felicidad!