NO IMPORTA CUÁN DÉBIL SEA TU CLAMOR
El Salmo 34 tiene que ver con la fidelidad de nuestro Señor para liberar a sus hijos de grandes pruebas y crisis. David declara: “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores ... El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende ... Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias ... Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová” (Salmos 34: 4, 7, 17, 19).
Nota la afirmación de David: “Busqué a Jehová” (34:4). David acababa de ser capturado por los filisteos y cuando escribió el Salmo 34, él estaba admitiendo: “Yo estaba en una situación tan abrumadora que hice el papel de tonto”. Sin embargo, en mi interior me preguntaba, ¿cómo ha sucedido esto? ¡Señor, ayúdame!” Así que parece que David estaba diciendo: “Clamé desde mi interior, sin saber qué orar ni cómo orar. Y el Señor me oyó y me libró”.
David declaró: “En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán” (Salmos 34:2). David estaba diciendo, en esencia: “Tengo algo que decirles a todas las personas humildes de Dios en la tierra, ahora y en las edades venideras. Mientras exista este mundo, el Señor librará a todos los que clamen a él y confíen en él. En su increíble misericordia y amor, él me libró a mí”.
Esto es lo que puedes aprender del Salmo 34: Cuando el enemigo, Satanás, se acerque a ti como un diluvio; cuando te encuentres en aguas profundas de aflicción; cuando los problemas golpeen tu mente; cuando el caos se arremoline a tu alrededor y ni siquiera puedas pensar con claridad, no necesitas un libro de oraciones o una doctrina en la cual apoyarte. Todo lo que necesitas saber es que nuestro bendito Señor oye cada clamor sincero, fuerte o en silencio; y él responde. El Señor es fiel para oír cada gemido, no importa cuán débil sea, así que acércate a él con confianza.