ORACIONES DE FE
La oración es el secreto para el crecimiento espiritual, pero si vamos al trono sólo para nuestra edificación y necesidades personales, estaremos siendo egoístas. La Biblia nos muestra que no podemos descuidarnos de orar seriamente por las necesidades de aquellos que nos rodean y nos da ejemplos de “oraciones que ayudan” (ver 2 Corintios 1:11).
A menudo la gente dice: “Orare por ti” y quizás ora una o dos veces, para luego olvidar rápidamente la necesidad de la otra persona. Un verdadero ayudante de oración es aquel que ora sin cesar por las necesidades de los demás. El no ora por ellos una sola vez y se detiene. No, él intercede día tras día.
Tus oraciones no tienen que ser largas. Simplemente haz tu petición y confía que Dios te oirá.
Esto me fue ilustrado una vez cuando estuve enfermo, en cama. Uno de mis nietos entró y anunció: “Papi, voy a orar por ti”. Mi pequeño ayudante puso sus manos sobre mi cabeza y oró: “Jesús, haz que se recupere”.
Yo le sonreí y le di las gracias por orar. Pero él se quedó mirándome. Finalmente, dijo: “Estás sano. Levántate”. Así que me levanté y estaba sano. Su oración de fe me puso sobre mis pies.
Liberaciones poderosas acontecen cuando los santos de Dios le buscan diligentemente, con la fe de un niño, por las necesidades de los demás. Podemos ver las Escrituras y ver cómo se movió Dios poderosamente como resultado de la oración y cobrar valentía para ser ayudantes en oración. Mira cómo Pablo da un impactante testimonio de esto:
“Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte; cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos”. (2 Corintios 1:9-11).