Otro Jesús, otro Espíritu, otro Evangelio
Hace algún tiempo un ministro llamo a nuestra oficina, muy perturbado. Él dijo que él predica santidad y la vida crucificada en su iglesia, y parecía que él tenía un verdadero corazón de pastor. Entonces él dijo que algunos de los miembros de su iglesia asistieron a algún seminario especial – y regresaron listos para irse de su congregación.
Ellos le dijeron, “Dios nos ha llevado a una nueva revelación que ha cambiado nuestras vidas. Escuchamos cosas que nunca habíamos escuchado antes. Pensamos que estábamos salvos antes, pero ahora sabemos que no era así. Todo lo que creímos acerca de los tiempos finales era equivocado. Hemos visto una nueva verdad.”
“Pastor, usted y su iglesia están en error. ¡Tu gente no esta salva! Usted piensa que predica santidad, pero hemos descubierto lo que es la verdadera santidad. ¡Hemos encontrado algo nuevo!”
Hoy, ese mismo grupo de personas ni siquiera asiste a la iglesia, porque no encuentran a nadie que los lleve mas “profundo.” En vez de eso, se alimentan con casetes o videos de enseñanza.
Su pastor me dijo algo que he estado escuchando de iglesias en toda la nación. Él dijo: “¿Qué esta pasando? Hay tantas doctrinas nuevas, tantos maestros con nueva ‘revelación.’ Y todos parecen tener un sin numero de escrituras para respaldarlas. Nadie esta discerniendo lo que es de Dios y lo que es de Satanás, lo que es necedad y lo que es rectitud o justicia. Nuestra gente sé esta confundiendo.”
¡Él tenia tanta razón! Nuevas doctrinas, nuevas revelaciones y nuevos evangelios están saliendo casi a diario. Y se va a poner mucho peor. La Biblia advierte claramente que en los últimos días saldrán doctrinas extrañas – ¡presentando otro Jesús, otro Espíritu, y otro evangelio!
El apóstol Pablo reunió a los ancianos de la iglesia de Éfeso, y sus últimas palabras a estos amados santos fueron: porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán al rebaño. Y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablarán cosas perversas para arrastrar tras sí discípulos.” (Hechos 20:29-30).
Todo el tiempo que Pablo ministraba a las iglesias que había establecido, él guardaba un temor que duraría hasta el día de su muerte. Es un temor que todo verdadero pastor debe tener en si, y nunca salía de la mente de Pablo: “…que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.” (Hechos 20:31). Era el temor de la entrada de falsos maestros para engañar.
Pablo dijo a los Corintios: “porque os celo con celo de Dios…” (2 Corintios 11:2).
Sin embargo, el no estaba refiriéndose a alguien que fuera a robarle las ovejas. El no estaba diciendo: ¡Oye, estas ovejas son mías! Yo soy su maestro – ellos están bajo mi autoridad.” No, más bien, Pablo estaba indignado al pensar que algún maestro se interpondría entre sus discípulos y su devoción a Jesús: “pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.” (Verso 2).
Pablo dijo que tenía un propósito, una meta, un deseo – y es el mismo deseo que todos los pastores verdaderos deben tener: pararse ante la propiciación de Cristo y presentarle cada hijo espiritual puro, sin mancha, santo y recto, arraigado y establecido en la Palabra. ¡El propósito es verlos ante su trono con seguridad, sabiendo que les has dado todo el consejo de Dios… que ellos no fueron movidos por cada palabra de doctrina, que no fueron engañados por doctrinas de demonios… que pasaron toda prueba y tribulación con la Palabra de Dios escondida en sus corazones!
Amados, mi mayor gozo en la gloria – junto con Pablo y cada verdadero ministro de Dios – será escuchar cada uno de sus nombres llamados por el Señor, verlos ante el sobre abundando con devoción y humildad, y escucharle decirles, “¡Bien hecho, buen siervo y fiel!”
Ese es verdaderamente uno de los deseos de mi corazón. Y es por eso que predico con fuego y celo. Si Pablo viviera hoy y predicara desde el pulpito de la iglesia Times Square, nos diría lo mismo con lágrimas cada vez que hablara: ¡Cuidado! ¡Se acerca una invasión! Maestros falsos y doctrinas falsas les atacaran de todos lados. Les presentaran otro Cristo. No serán del Espíritu Santo, sino de otro espíritu. Y no será el evangelio verdadero – será otro.”
Pablo confeso un temor que tenia acerca de ellos: “Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean también de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo,” (2 Corintios 11:3). Pablo sabia que los corintios eran muy susceptibles a falsos maestros. Él estaba diciendo, ¡Ustedes son muy abiertos, muy dispuestos a escuchar, muy ansiosos para escuchar algo nuevo!”
Muy a menudo, un cristiano sólido de buen corazón me da un casete y me dice: “Maestro, tiene que escuchar esto. ¡El mensaje es increíble, poderoso! Todo el mundo esta hablando de esto.” Así que escucho y suena bastante bien – ungido, nuevo y fresco. Pero entonces el Espíritu comienza a revolverse dentro de mí.
Pablo se sorprendió por cuan fácilmente algunos de los Gálatas eran influenciados: “Estoy asombrado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren alterar el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anuncia un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gálatas 1:6-8).
Pablo estaba diciendo: “No sean tan caballerosos y delicados acerca de esto. Si no es el evangelio que escucharon de mí, no es de Dios. Es maldecido, podrido y mortal. Es un asunto serio, y te molestara si se dejan atrapar. Así, que no lo tomen ligeramente. No lo soporten ni sean educados. ¡Que sea maldecido aquel que lo predique!”
No importa si un ángel aparece y te dice que el mensaje es de Dios. No importa si tu y tus amigos “disciernen” que esta bien. La Biblia aclara: Si no se alinea con el evangelio de Pablo, es de Satanás, “maldecido.”
Permíteme decir primero que los falsos maestros más demoníacos comienzan con avisos de falsa doctrina. Ellos avisan a toda voz y con fuerza contra ser atrapados en algo que no sea de Cristo. Casi cada falso maestro que he escuchado hace mas ruido acerca de la falsa doctrina, entonces procede a predicar lo que es falso. Pasan mucho tiempo persuadiendo a sus oyentes que ellos no son como los falsos maestros – pero los están preparando para que escuchen su mensaje.
La doctrina no es correcta simplemente porque el maestro parece ser santo, bueno, piadoso y sincero. A través de la historia de la iglesia las herejías más dañinas han sido enseñadas por hombres quienes fueron considerados buenos y sinceros. Eso hace que la falsa doctrina sea mucho más peligrosa. Muchos cristianos han dicho: “Pero él es tan buen hombre, tan sobrio, tan amoroso.” Ciertamente, un maestro centrado en Cristo será santo, sobrio y sincero – pero los ‘ángeles de luz’ del diablo también lo parecerán. Vendrán como mensajeros de justicia, verdad y revelación.
Pablo dice que Satanás trata de engañarnos como engaño a Eva en el jardín. Él usa las mismas artimañas, la misma decepción. “Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean también de alguna manera extraviados…” (2 Corintios 11:3).
¡Nada ha cambiado desde entonces! El falso evangelio que Satanás le presento a Eva es el mismo evangelio que él promueve hoy – y todos los falsos evangelios tienen las mismas características en común. Dios no dejo este asunto importante para que fuera adivinado. Él lo ha hecho claro, y hay claves específicas que buscar, las cuales exponen la enseñanza como falsa:
Todos los falsos maestros tienen este mensaje en común: “Relájate, Dios no puede ser severo. El no te hará daño – el te ama. Un Dios amante quiere que disfrutes la vida.” El truco del enemigo es alejarte de la temible reverencia y el temor de un Dios santo que juzga el pecado. Toda falsa doctrina tiene esta meta – menospreciar el temor de Dios en ti.
Solamente el temor poderoso y absoluto de Dios guardó a Adán y Eva de desobedecerle. No fue su amor a Dios ni su comunión diaria. Fue esto: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16:17).
Pero Satanás vino con un mensaje suave: “…No moriréis.” (3:4). ¡Esto fue una perversión total de la verdad – otro evangelio! Pero, era justo lo que Eva quería escuchar. Ves, algo dentro de ella resistía el mandamiento de Dios. La restricción del Señor parecía demasiado como un yugo y ella se impaciento.
Satanás sabía que esto estaba en Eva, y él comenzó a menospreciar el temor de Dios en ella inmediatamente. “¿Realmente, dijo Dios esto? Dios no es así. Tú tienes un mal concepto de él. ¿Tu crees que el te negara conocimiento y sabiduría, cuando el mismo es el Conocimiento y la Sabiduría? ¿Qué clase de Dios crees que es? ¡Seguro que no morirás!”
Puedes sentarte bajo una predicación fuerte que parece como una carga pesada. Puedes ponerte debajo de ella y decir, “¡No me gusta!” Pero no te engañes. Es la misma cosa que te trae libertad, paz y gozo. Pero aun así gritas por dentro: “¡No puede servirle a Dios de esta manera! ¡Quiero libertad!”
Hay una enseñanza que esta circulando últimamente en el movimiento carismático acerca de una nueva libertad. Dice, “¡Ven canta y grita y habla en lenguas—y entonces sal afuera y vive como el diablo!” Eso no es libertad. Es Satanás diciendo, “No morirás. Dios no es difícil. Él es demasiado amoroso, demasiado misericordioso.” Satanás encontró un evangelio a la medida de la lujuria de la carne de Eva--¡y él encontrara uno a la medida de los cristianos inquietos con comezón de oídos!
He oído de pastores piadosos y quebrantados de corazón quienes han sido despedidos de sus iglesias o renunciaron. Ellos predican santidad y el temor de Dios a los jóvenes, pero los pastores y padres están quejándose que están trayendo yugo a la juventud. “No queremos que les prediquen esas cosas a nuestros jóvenes.” Estos adolescentes (algunos de los cuales son hijos de predicadores) están viviendo en complete rebeldía. Son irrespetuosos, engañan a sus padres, y andan tras el mundo. Y los mensajes acerca de la santidad y el temor de Dios están sacudiendo a estos jóvenes porque no lo habían escuchado antes.
Hemos criado toda una generación que esta totalmente falta del temor de Dios. Nunca supieron nada acerca del juicio. Siempre tuvieron lo que quisieron. Ellos dicen, “Queremos ‘rock and roll,’ y sus padres dicen, ‘no los molestemos. Traigamos el rock a la iglesia y les daremos líricas cristianas.” O, “como quiera van a tener sexo, así que vamos a darles protección.”
Estos jóvenes nunca han conocido el temor de Dios, porque los pastores y los padres han hecho de Dios el gran apacentador en el cielo. Solo una manada de jóvenes cristianos camina en santidad hoy. ¿Por qué? ¡Porque los pastores son muy débiles para predicar el evangelio en el pulpito—y porque los padres están viviendo doble vidas, y sus hijos lo saben!
Algunos cristianos me han escrito, “Hermano David, usted predica tan duro. ¿Predica usted de esa manera todo el tiempo en su iglesia? ¿Lo soporta la gente?”
La respuesta es esta: Somos llamados a predicar la Palabra con tal poder y autoridad que producirá un temor de Dios constante en cada oyente. Aquellos que no dejan su pecado no se quedaron, porque se ofenderán. Volverán sus oídos de la verdad y buscaran maestros que acomoden sus lujurias (ver 2 Timoteo 4:1-4).
La Palabra de Dios dice, “… con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” (Proverbios 16:6). Esto es lo que yo creo que un mensaje del evangelio verdadero debe producir en nosotros:
- Un odio al pecado que no permite excusas ni salidas.
- Una convicción por toda vagancia y compromiso espiritual.
- Un conocimiento interno de que Dios no guiña a nuestros pecados.
- Una convicción de que cosecharemos lo que sembramos.
- Un temor de Dios santo y recto.
- Una confianza en que él nos librara de cada pecado que odiemos y resistamos.
¿Estas inseguro o no estas convencido acerca de la necesidad de caminar en el temor de Dios? Para terminar con esto de una vez por todas, mira a Isaías 11:1-3. Este pasaje profetizo de Aquel sobre quien el Espíritu del Señor descansaría—Uno que se le daría “rápido entendimiento en el temor del Señor.” ¡Este pasaje esta hablando de Jesús! Y si Jesús camino en el temor del Padre y se deleito en él, ¡cuanto más nosotros!
Ten cuidado de cualquier mensaje que rompe la convicción del pecado, que produce un espíritu exento de vigilancia, que te acomoda suavemente y te susurra, “Todo esta bien.” ¡Todos los tranquilizantes como estos son evangelios falsos!
Pablo nos advierte solemnemente que Satanás se transformara a si mismo en un ángel de luz—que el levantara sus propios falsos maestros, todos ellos haciéndose pasar por ministros de justicia.
La luz representa la verdad, evangelio, revelación. Satanás vendrá usando el precioso nombre de Jesús, y el tratara de engañar aun a los elegidos. “… que se disfrazan como apóstoles de Cristo.” (2 Corintios 11:13). ¡Piensa en el terror de tal cosa! Enfrentar los últimos días bajo el poder de apóstoles falsos, aceptando una doctrina del diablo, estando bajo el control de un espíritu falso.
¿Cómo puede suceder tal cosa? ¿Cómo puede alguien sentarse bajo la clase de evangelio pervertido que Pablo describe e ignorarlo? Hay solo una forma—negándose a dejar la lujuria o codicia y continuar caminando en patente desobediencia. La codicia es el imán que atrae a la persona a los apóstoles falsos. Te puedo prometer, si te ases de la codicia o lujuria, caerás bajo falsa doctrina. Es inevitable – la encontraras, y te encontrara a ti. Y estarás tan ciego que no lo sabrás.
En el siglo 18, otro evangelio fue presentado llamado antinomianismo, que significa, “contra la ley.” Este evangelio esta con nosotros hoy, y esta mas fuerte que antes. Socava el temor de Dios al sugerir que una vez que crees, puedes pecar y nunca ser condenado, porque Jesús lo ha cubierto todo.
El Dr. Tobins Crisp fue uno de los maestros de esta nueva doctrina, la cual barrió a través de Alemania. Sus proponentes usaban el nombre de Jesús como sinónimo.
“Hablan mucho sobre la gracia y examen profundo, ¡pero dame a Cristo! ¡No busco promesas, sino a Cristo! ¡No busco santificación, sino a Cristo! No me hables de meditación o deber--¡dime de Cristo!
Suena como una devoción pura a Cristo—un evangelio centrado en Jesús. Pero Jesús mismo nos dijo que no todos los que dicen “Señor, Señor,” entraran en Su reino. No todos los que esparcen el nombre de Jesús estarán predicando el evangelio verdadero.
La doctrina de antinomianismo sigue siendo predicada hoy, y el movimiento carismático esta tragándose el anzuelo. Escucha el resto de esta doctrina:
“Un creyente puede estar seguro del perdón tan pronto como comete un pecado, aunque sea adulterio o asesinato. Ya Dios no esta disgustado aunque un creyente peque a menudo. No hay pecado que un creyente pueda cometer que puede causarle dolor—por lo tanto, no hay razón para temerle al pecado. El pecado esta muerto y no tiene mas terror. Si le decimos a los creyentes que debe andar en santidad y hacer buenas obras o Dios se enojara con ellos, estamos abusando las Escrituras. Entonces estamos mintiendo en la cara de Dios. Dios ha hecho todo en Cristo--¡no hay nada que temer!”
Es como si los cristianos que aceptan esta doctrina estuvieran sentados en una fosa oscura, esperando que Jesús aparezca. Ellos están diciendo: “Señor, tu sabes donde estoy. Si me amas, ven y sácame de aquí.” ¡No! ¡La Biblia nos manda a resistir al diablo y él huirá de ti!
Hemos hecho que los cristianos parezcan un grupo de inválidos incapaces—sin poder ni autoridad, atados por vicios pecaminosos, esperando por alguna liberación milagrosa. No hay conmoción santa contra el pecado, no hay temor de Dios.
Esta es la forma como toda doctrina debe ser juzgada: ¿te conforma a la imagen de Jesucristo? No puedes llamar puro a un evangelio simplemente porque el maestro predica contra el pecado, o porque hacen referencia frecuente de Cristo. El movimiento de la Nueva Era habla mucho sobre el Espíritu de Cristo.
He escuchado a predicadores réprobos gritar el nombre de Jesús en un micrófono, tronando contra la homosexualidad, drogas y los pecados de la sociedad. Pero mientras más escucho, mas me doy cuenta que este hombre no esta realmente quebrantado. Sus mensajes no son convincentes. Él esta hablando acerca del pecado de otro, no de los suyos.
Tales predicadores juegan con la gente, entusiasmándolo. Ellos no tienen una convicción real, ningún deseo consumidor por conformar a la gente a la imagen de Cristo. A los cristianos les encanta ir a reuniones donde escuchan al predicador hablar de la ausencia de oración en las escuelas. Quizás mencione algo acerca de nuestra avaricia, orgullo, y adulterio; las cosas que están en nuestros corazones. Pero luego sale la palabra relajante y suavizante. Y una vez que ganan la confianza, el temor de Dios es menospreciado.
Existe una prueba segura para la predicación de santidad verdadera. Se encuentra en 2 Timoteo 2:19: “Pero el fundamento de Dios esta firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.”
Me siento como Pablo debió sentirse, un grito que exprime el corazón por avisarle al pueblo de Dios de lo que viene. Hay grandes guerras teológicas adelante. Todo el movimiento carismático se dividirá en diferentes campamentos, reuniéndose detrás de sus doctrinas, maestros y libros, acusándose unos a otros de error y falsa profecía. ¡Y todos creerán que están defendiendo la fe!
Ellos no estarán peleando con el diablo, porque estarán muy ocupados llamándose herejías unos a otros. Será un tiempo de gran confusión, y los cristianos ignorantes no sabrán a quien creer.
Amados, quiero pelear al verdadero enemigo. Y ese enemigo esta en las calles—¡y en nuestros corazones! No voy a discutir acerca de profecía. Quiero estar al lado de cualquier hermano o hermana que camina en el temor de Dios y cuyo corazón es dado a la pura devoción de Jesucristo.
Debemos quitar nuestros ojos de los maestros y evangelistas, y convertirnos en estudiantes de la Palabra de Dios. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Timoteo 2:15). No busques por un pastor o evangelista “aprobado.” Iras de un hombre a otro, y todos te fallaran, hasta que finalmente perderás la esperanza. ¡Quita tus ojos de los predicadores y ponlos en Jesucristo!
Los fariseos vieron a algunos de los discípulos del Señor comiendo pan sin lavarse las manos, y “los condenaban” (Marcos 7:2). “Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen.” (Verso 3).
Estos hombres le preguntaron a Jesús porque sus discípulos no andaban en esta clase de “santidad.” Sin embargo, la suya solo era una tradición ceremonial. Todo era de afuera, solo tenia que ver con las obras de la carne. Jesús les contesto: “hipócritas, bien profetizo de vosotros Isaías, como esta escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón esta lejos de mí.” (Verso 6). Jesús dijo, en esencia, “sus enseñanzas son todas en vano. No cambia tu corazón. ¡Es todo espectáculo, palabras, obras falsas!”
Él nos esta diciendo a nosotros en esto, “Si un evangelio no me da nada sino servicio de labios y no trata con el corazón, no pierdas tu tiempo con eso. La verdadera doctrina tiene que llegar a los asuntos del corazón.” Jesús expone el problema con todos los evangelios falsos: Ellos no alcanzan lo que contamina al hombre – no convencen de pecado ni cambian el corazón. Ofrecen una forma de piedad, sin corazón. “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.” (Mateo 15:18).
Pablo dijo: “… sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio…” (2 Timoteo 2:22). No me cuentes de milagros en tu iglesia—la alabanza, la adoración, o cuan bien predica tu pastor. No – ¡cuéntame de un pueblo que clama a Dios de un corazón puro! Cuéntame eso, aunque aun no han llegado, están siendo provocados en esa dirección. Ellos están permitiéndole a Dios que escudriñe y pruebe sus corazones, que exponga sus actitudes pecaminosas.
Ese es el verdadero evangelio de Jesús. ¡Es un evangelio que convence el corazón, trata con el corazón y cambia el corazón! ¿Es este el evangelio que se te esta predicando? ¿Te convence de pecados internos y escondidos? ¿Malos pensamientos? ¿Adulterio? ¿Fornicación? ¿Asesinato? ¿Robo? ¿Codicia? ¿Maldad? ¿Orgullo? ¿Necedad?
Si no es así, entonces busca y quédate en una iglesia con un pueblo donde tu corazón es expuesto, sacudido - ¡y cambiado para la gloria de Cristo!