PACIENCIA PARA RECIBIR LA PROMESA
La famosa parábola del sembrador trata sobre la paciencia. No la paciencia hacia la gente sino la paciencia hacia Dios. Recuerdas a Jesús hablando sobre la semilla, ¿verdad? Algunas cayeron junto al camino; algunas cayeron en pedregales; algunas cayeron entre espinos…y otras cayeron en buena tierra. Veamos la explicación de Jesús.
“Este es el significado de la parábola: la semilla es la palabra de Dios. Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo, se lo quita del corazón e impide que crean y sean salvos. Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y lo reciben con alegría; pero como no tienen raíces profundas, creen por un tiempo y luego se apartan cuando enfrentan la tentación. Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen el mensaje, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida. Así que nunca crecen hasta la madurez. Y las semillas que cayeron en la buena tierra representan a las personas sinceras, de buen corazón, que oyen la palabra de Dios, se aferran a ella y con paciencia producen una cosecha enorme” (Lucas 8:11-15, NTV).
La “buena tierra” que Jesús menciona indica a aquellos que escucharon la Palabra y eventualmente dieron fruto “con paciencia”. Los otros oyentes también produjeron una medida de fruto, pero solo por un tiempo. ¿Por qué? Porque estaban impacientes con el Señor y con su obra en sus vidas.
¡El corazón del oyente de “buena tierra” tiene una dirección definida! En cada circunstancia, él se dirige primero al amor de Dios; y luego a esperar pacientemente a Jesucristo. Estas dos características son necesarias para que un corazón produzca un fruto duradero. Leemos en Hebreos que “Os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (10:36).
Toma la Palabra de Dios y ponla en tu corazón; deja que produzca un corazón honesto y puro; y luego espera pacientemente a que llegue a tu liberación.