Perdonando a Nuestros Peores Enemigos
C.S. Lewis escribió estas palabras: “El perdón es una idea hermosa hasta que tú tienes que perdonar a alguien”. Nada podría ser más cierto, ¿verdad?
Corrie ten Boom tiene una de las historias más asombrosas sobre el perdón. Su libro “El Refugio Secreto” trata sobre cómo su familia albergaba a judíos que huían de los nazis en Ámsterdam. Los nazis finalmente los alcanzaron y pusieron a toda su familia en los campos de concentración. Todos murieron, excepto Corrie. Ella continuó por 30 años más predicando el Evangelio.
Un día, dijo Corrie, estaba predicando en Munich, Alemania, décadas después de los días del campo de concentración. En la iglesia donde estaba predicando, vio un rostro familiar. Era un guardia que habitualmente se había burlado de ella y la había puesto en una ducha casi todos los días, fingiendo que la iba a exterminar; y que fue el responsable de la muerte de su hermana Betsie. Él estaba sentado frente a ella.
Ahora, de pronto, el perdón ya no es una idea tan hermosa, ¿verdad?
Ella reconoció al guardia, pero él no la reconoció a ella. Después del servicio, el ex guardia se acercó y dijo: “Fraulein, escuché que mencionaste Ravensbrück. Yo era guardia allí. Pero después de ello, me he convertí en cristiano. Sé que Dios me perdona, pero ¿me perdonarías tú?
Ella dijo: “Me quedé allí paralizada. Este hombre era un monstruo. Él había matado a mi familia y había matado a mi hermana”. Ella dijo que mientras estaba sentada allí, esta era su oración: “Perdóname, Padre, por la incapacidad de perdonar”. Luego dijo que el poder del Espíritu Santo la atravesó. Sintió que su mano se extendía, agarraba la de él y se escuchó decirle a este hombre: “Estás perdonado”.
Más tarde, ella dijo: “Ese día, no sólo el hombre fue hecho libre, sino que yo fui hecha libre”.
Cuando perdonas, no estás cambiando el pasado, sino tu propio futuro. De esto se trata el Evangelio. Esa es la gloria de lo que creemos; la forma en que el cristianismo conquista a sus enemigos es perdonándolos.
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Mateo 6:11-13).
Después de pastorear una congregación en el interior de Detroit durante 30 años, el pastor Tim sirvió en el Tabernáculo de Brooklyn en la ciudad de Nueva York por cinco años; y pastoreó en Lafayette, Luisiana por cinco años. Él fue nombrado pastor principal de la Iglesia Times Square en mayo de 2020.