Preparados para la Batalla
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra… huestes espirituales de maldad en las regiones celestes… Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu” (Efesios 6:10-12, 18).
En los primeros cinco capítulos de su carta a la iglesia en Éfeso, Pablo reconoció las cosas maravillosas que el Espíritu Santo había logrado y se regocijó por el crecimiento espiritual que había tenido lugar en sus vidas. En este capítulo final, él les hace una advertencia sobre la oposición que se le aproximaba y su necesidad de estar preparados.
Inspirado por el Espíritu Santo, Pablo instruyó con mucho cuidado a los efesios respecto a la guerra espiritual. Primero, les advirtió que los poderes de las tinieblas vendrían contra ellos para despojarlos de su herencia; y él repitió la palabra contra en varias ocasiones. No era si el enemigo vendría contra ellos, sino cuándo, con qué frecuencia y con qué fuerza. Entonces, les dijo que fueran fuertes en el Señor y dependieran de él porque tratar de luchar con la fuerza propia nunca es suficiente.
En Efesios 6:14-17, Pablo describe toda la armadura de Dios que los equiparía por completo:
- El cinto de la verdad
- La coraza de justicia
- El calzado de Dios para tus pies
- El escudo de la fe
- El yelmo de la salvación
- La espada del Espíritu
Debes entender que estás luchando contra fuerzas espirituales de maldad. Tú eres un ciudadano del cielo, un cristiano que cree en la verdad y luchará por la verdad. Para vivir la vida de un vencedor, vístete de “toda la armadura de Dios” y prepárate para el conflicto. Estudia la Palabra de Dios, ora en el Espíritu y podrás acabar la batalla como vencedor, dando toda la gloria al Dios Altísimo.