Que Jesús Sea tu Todo
El Señor desea intimidad con sus queridos hijos. Él anhela estar encerrado a solas con el amor de su corazón. “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6).
Los incrédulos anhelan ver un ejemplo genuino del corazón de siervo de Cristo en aquellos que se llaman cristianos. Demasiada religión en la actualidad excusa el pecado con palabras como hermandad, amor y unidad, mientras que al mismo tiempo, abandona la verdadera santidad. En contraste, los creyentes que pasan tiempo “en el lugar secreto” con él, se levantan y presentan un firme testimonio a un mundo hambriento y que espera.
El nombre de Jesús está siendo profanado en el mundo de hoy, especialmente en América. Los soldados romanos se burlaron de él poniéndole una corona de espinas en la cabeza, pero esta nación ahora se burla de él con más sofisticación.
Sin embargo, Jesús también sufre el rechazo de muchos que afirman que lo quieren más: ¡Cristianos! Hazle a cualquiera que se haga llamar cristiano estas preguntas: “¿Sientes tu necesidad de Jesús? ¿Deseas conocerlo mejor?” Casi todos responderían afirmativamente. Pero muchos aman las alabanzas de los hombres y la adquisición de cosas materiales por encima de todo. La Palabra de Dios dice: “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15).
Todos los que desean conocer a Jesús ciertamente pueden hacerlo. La Palabra de Dios dice: “Si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma” (Deuteronomio 4:29). Jesús anhela pasar tiempo a solas contigo, así que no te enredes tanto en hacer el bien, que pierdas el contacto con él. Él es tu justicia, tu luz, tu gozoa, tu paz, tu salvación, así que deja que él sea verdaderamente tu todo.