Recurriendo a Dios en tu Angustia
La desobediencia es caminar en contra de la Palabra revelada de Dios. La desobediencia obstinada trae un espíritu de sueño y apatía. Todos conocemos la historia de Jonás cuando huía “de la presencia de Jehová a Tarsis”. Dios envió una gran tormenta y “Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir” (Jonás 1:3, 5). Su desobediencia había provocado una feroz tormenta, pero él no se daba cuenta del caos y el dolor que estaba causando y cayó en un estupor espiritual.
El capitán del barco despertó a Jonás de su sueño y la tripulación preguntó: “¿Por qué nos ha venido este mal?” (Jonás 1:8). Jonás instó a la tripulación a lanzarlo por la borda, pero lo ignoraron y se dirigieron a tierra (1:13). Sus acciones indicaron que ellos sabían que estaban solos.
Jonás se había quedado completamente impotente. Incluso si se salvaba de la tormenta, no estaba en condiciones de profetizar a Nínive, que había sido su llamado original (ver 1:2). Las Escrituras nos dicen: “Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches” (1:17). ¿Por qué un Dios misericordioso llevaría a Jonás tan bajo? Estaba en un infierno viviente, pero después de tres días y tres noches, “Oró Jonás a Jehová su Dios” (2:1). ¿Por qué no oró Jonás antes de esto? Fue porque estaba convencido de algo: “Desechado soy de delante de tus ojos” (2:4). Él pensó: “Soy un hombre muerto; ya no puedo caer más bajo. Dios me ha dado la espalda”.
¡Nada podría haber estado más lejos de la verdad! Cuando Jonás se fue por la borda, el pez estaba allí, listo para tragárselo, evidencia de que el Señor estaba trabajando. Satanás había logrado robarle a Jonás cualquier esperanza de la gracia de Dios durante tres días y tres noches, pero la verdad era que Dios lo estaba acelerando en su camino a Nínive, su lugar de obediencia. Pronto el profeta volvería a caminar a la luz del sol, cumpliendo su llamado.
La tormenta en la que estás tiene la intención de darte una revelación de la misericordia y la gracia de Dios. Si estás caminando en desobediencia, corre hacia él ahora, arrepiéntete rápidamente y derrama tu alma delante de él. Él no te dejará en el vientre del gran pez porque es un Dios amoroso que anhela restaurarte. La intensidad de tu tiempo “en el infierno” te acelerará en tu camino hacia la victoria completa, así que mantén tu confianza en él.