Sólo por la Gracia de Dios
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:4-7)
Pablo estaba escribiendo a los efesios desde la prisión de Roma. El joven Timoteo se había convertido en pastor de la iglesia en Éfeso, la cual crecía exponencialmente y disfrutaba de abundantes bendiciones. La iglesia estaba ansiosa por escuchar lo que Pablo tenía que decirles. Él comienza la carta hablando sobre las glorias y el esplendor de Cristo y luego les recuerda de dónde vinieron. Ellos estaban muertos en sus delitos y ahora fueron vivificados y sentados en los lugares celestiales en Cristo. No sólo sus pecados fueron lavados, sino que se habían trasladado a un reino que superaba con creces la gloria de todo lo que habían experimentado. ¡Todo porque habían sido salvados por gracia a través de la fe!
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (2:10). La presencia de Dios creará para ti, todo tipo de oportunidades que no son nacidas de tus propias obras. Él tiene algo planeado para ti, algo en lo que puedes caminar. ¡No sólo te salva y te da fe, sino que también te llama y te da una vida de gloria, poder y gracia!
Cristo no simplemente quita el mal de ti; él pone todo el reino de la gloria de Cristo Jesús dentro de ti. Su sangre no sólo te lava del pecado, sino que comienza a ser imputada a tu vida para que la justicia de Dios en Cristo habite en ti. Debido a esto, tú puedes caminar en victoria con la frente en alto.