Satanás busca devorarte

Sed templados, y velad; porque vuestro adversario el diablo, cual león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar: Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que las mismas aflicciones han de ser cumplidas en la compañía de vuestros hermanos que están en el mundo. (1Pedro 5:8-9).

Si eres miembro del cuerpo de Cristo, prepárate para enfrentar un diablo enojado. Quizás no quieras pensarlo ni aceptarlo - pero si has determinado seguir a Jesús con todo tu corazón, Satanás te ha marcado para destrucción. Y él va a inundar tu vida con toda clase de problemas.

El apóstol Pedro advierte: Mas el fin de todas las cosas se acerca: sed pues templados, y velad en oración. (4:7). En otras palabras, l está diciendo: Este no es el tiempo de levedad. Tienes que estar sobrio mentalmente en los asuntos espirituales. Es cuestión de vida o muerte.

¿Por qué la necesidad de estar serio? El final está cerca - y nuestro enemigo ha aumentado el fuego. Nos está buscando como león, escondiéndose en la hierba, esperando la oportunidad para saltar. l quiere devorarnos - absolutamente destruir nuestra fe en Cristo.

Algunos cristianos dicen que no debemos hablar acerca del diablo, que es mejor que lo ignoremos. Otros tratan de negar su existencia. Por ejemplo, teólogos liberales discuten que no hay diablo, ni infierno, ni cielo.

Pero el enemigo de nuestras almas no va simplemente a desaparecer. Pocas figuras bíblicas han sido identificadas tan clara y extensivamente. Es descrito como Lucifer, Satanás, diablo, engañador, estorbador, maligno, usurpador, impostor, acusador, devorador, dios de este mundo, gobernador de las tinieblas, serpiente antigua.

Estas descripciones enfáticas me dicen que el diablo es real. Y sabemos por las Escrituras que l maneja un poder real. Ahora mismo él está obrando en la tierra - en nuestra nación, ciudades, iglesias, hogares, y vidas individuales. Y no debemos ignorar sus métodos y estrategias de guerra contra nosotros.

Apocalipsis 12 describe tres momentos donde Satanás declaró guerra:

1. Primero declaró guerra contra el mismo Dios todopoderoso. Juan escribe:

Y fue hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y lidiaba el dragón y sus ángeles. Y no prevalecieron, ni su lugar fue más hallado en el cielo. Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (Ap. 12:7-9).

Este pasaje nos recuerda el momento cuando Satanás se levantó en rebelión contra la suprema autoridad de Dios en el cielo. En ese tiempo era conocido como Lucifer, un ángel que tenía gran autoridad. Pero Lucifer quería ser como Dios. Así, que alistando una tercera parte de los ángeles, l dirigió un levantamiento en contra del todopoderoso.

Pero Dios echó a Lucifer del cielo, junto con los otros ángeles rebeldes. Todo el cielo se regocijó en la victoria. El diablo perdió la guerra, como también su lugar en el cielo.

2. Ya vencido, Satanás declaró su segunda guerra - ésta contra el hijo de Dios, Jesucristo. Juan escribe:

Y una grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir. Y fue vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para parir, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese parido. (Ap. 12:1-4).

Satanás sabía que una iglesia increíble estaba por nacer del remanente del Antiguo Testamento. Sería un cuerpo glorioso, vestido con la justicia del sol. Así que el diablo declaró guerra una vez más, razonando que ahora podría hacer batalla en su territorio, la tierra.

Este pasaje sugiere que Satanás sabía que no podía acercarse a la criatura en el vientre de María. Así que determinó destruir a Cristo una vez naciera. Reunió todas sus fuerzas satánicas alrededor de Belén, enviando espíritus de decepción para que cegara a los escribas, sacerdotes y Fariseos. Entonces su propio espíritu entró en el rey Herodes, tomando posesión de él. Si Satanás no podía matar a Cristo por si mismo, entonces tendría a un hombre listo para hacerlo por él.

Pero el ejército de ángeles del Señor estaba en pie haciendo guardia sobre el niño, para que Satanás no lo tocase. El diablo tendría que esperar otros 30 años para tratar de devorar a Cristo.

Él vio su próxima oportunidad al principio del ministerio de Jesús, cuando el Espíritu Santo lo declaró el Mesías. En ese momento, Satanás llevó a Cristo al desierto para tentarlo. Sin embargo, Jesús también lo venció en esa batalla. Dios protegió a su hijo otra vez, enviando a sus ángeles a ministrarle en su tiempo de debilidad física.

El diablo trataría una última vez de devorar a Cristo. Esta vez el movió sus fuerzas para tratar de matar a Jesús por crucifixión y tirarlo en la tumba. l envió espíritus satánicos para que incitara al gentío, entrando en los cuerpos de los sacerdotes, soldados, líderes políticos y testigos falsos. Al fin, pensó Satanás, llegó su hora de poder. Ahora pelearía una guerra a todo dar.

Mas tú conoces el resto de la historia: El día de resurrección fue la derrota más humillante de Satanás. Cuando Jesús ascendió al cielo, estaba fuera del alcance del diablo para siempre. ...y su hijo fue arrebatado para Dios y a su trono. (Ap. 12:5). El infierno fue sacudido porque Satanás perdió otra vez. Aún usando todo su poder, no pudo derrotar al hijo de Dios.

3. El diablo declaró su tercera y última guerra contra la simiente de Cristo. Esto quiere decir que está en guerra con cada creyente verdadero en la tierra. Juan escribe:

Y cuando vio el dragón que él había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había parido al hijo varón. (verso 13). Entonces el dragón fue airado contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo. (verso 17).

Satanás ha dirigido su ira contra la iglesia de Jesucristo. Y ha reservado su peor ira para los creyentes que guardan los mandamientos de Dios y confían en él.

El diablo sabe que esta guerra es su última oportunidad, porque sólo queda un corto tiempo antes del regreso de Cristo por su novia: ...sabiendo que tiene poco tiempo. (verso 12). Por lo tanto, la guerra de Satanás contra la iglesia es la más intensa de todas. l quiere ganar lo que perdió con Cristo - así que no se detendrá ante nada por destruir la fe de su novia. Esto significa que va a usar todas sus armas contra nosotros - toda sutileza, y engaños.

Cuando yo era un joven pastor, no pensaba mucho en guerra espiritual. Yo pensaba que cualquiera que caminaba en victoria no debía tener problema alguno contra el diablo. Para mí, era un asunto de resistirlo simplemente. Pero pronto me encontré con un león rugiente cayendo sobre mis debilidades con todas sus fuerzas - y me sentí inadecuado para hacer batalla con él.

Muy a menudo veo al diablo haciendo lo mismo con otros cristianos. Conozco a multitudes de santos consagrados - personas puras de corazón, caminando en gracia - que de repente son abrumados por una inundación de confusión y desesperación satánica.

Tales cristianos pueden estar trabajando diligentemente para el Señor por años. Entonces, un día, Satanás inyecta su mente con pensamientos acusantes. Y de la noche a la mañana son vencidos por problemas horribles - tentaciones inesperadas, codicia, y depresión. Sus pruebas son tan profundas, extrañas y misteriosas, que estos santos no tienen idea de donde vienen.

Creo que existe una sola explicación: sus problemas son ataques satánicos. Esto le sucede a menudo a cristianos que están creciendo apresuradamente. En el punto más alto de su crecimiento espiritual, Satanás pone una vieja seducción en su camino. Puede ser una lujuria antigua - algo que pensaron haber vencido años atrás. Pero ahora, después de años de vivir en victoria, están caminando sobre una cuerda floja - tambaleándose a punto de caer en una indulgencia lujuriosa que los puede llevar a una terrible atadura.

Hace un tiempo recibí una carta desgarradora de un pastor. l escribió: Tengo 65 años, y los miembros de mi congregación me conocen como un hombre de oración. Pero ahora, de la nada, pensamientos malignos han comenzado a atormentarme. Una lujuria ha caído sobre mí como nunca había experimentado en mi vida.

No he caído en la tentación. Pero por meses estoy en un tormento constante. Reconozco que es un ataque del enemigo. l quiere destruir el ministerio que Dios ha prosperado. Por favor ora por mí. Yo creo que esto fue un intento del enemigo por destruir este querido santo de Dios.

Los matrimonios cristianos están bajo ataque como nunca antes. Una pareja puede amarse por años y de repente estar enlodados por una lucha horrible que no entienden. Un minuto un cónyuge fiel dice: Amo a mi compañero - pero al otro momento grita: No soporto a ese hombre. Ni siquiera quiero estar cerca de él. ¿Qué puede ser sino un intento satánico por devorar y destruir un matrimonio santo?

Día tras día, estas parejas están más desalentadas, tentadas y desesperadas. Y pronto Satánas los inunda con pensamientos acusantes: Como padre eres un fracaso. No puedes hacer nada bien. Y no conoces a Dios íntimamente. Eres un farsante, un hipócrita. No eres lo que la gente piensa. Eres un pobre ejemplo de lo que debe ser un compañero cristiano.

Amados, lo que está sucediendo en esa relación no puede ser diagnosticado por un consejero, pastor o sicólogo. Nadie puede comprender el espíritu destructivo que ha tomado a ese matrimonio. ¿Por qué? Es sobrenatural, satánico - un ataque directamente del infierno. Satanás está atacando todo hogar donde Jesús es Señor. Y no descansará hasta que haya usado toda arma para devorar y traer ruina y caos.

Todas estas pruebas, problemas y tentaciones son conocidos como inundación del diablo. Juan escribe: Y la serpiente echó de su boca tras la mujer agua como un río, a fin de hacer que fuese arrebatada del río. Y la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca, y sorbió el río que había echado el dragón de su boca. (Ap. 12:15-16). Isaías también advierte que Satanás traerá una inundación contra todos los que ... temerán desde el occidente el nombre de Jehová... porque vendrá el enemigo como río... (Is. 59:19).

He experimentado ese río. Y ahora mismo una multitud de creyentes se encuentran en él. Son inundados con persecuciones, ataques físicos, molestias mentales, tentaciones candentes y lujurias infernales, amigos volviéndose contra ellos como enemigos. Satanás ha planeado un ataque de último día y a toda fuerza para arrasarnos con toda desesperación.

La clave para entender como Satanás opera contra la iglesia se encuentra en la palabra rebelión. Sencillamente, rebelión significa ir contra las normas y autoridad de la Palabra de Dios. Cuando Lucifer le declaró la guerra a Dios, él se estaba rebelando contra la palabra del Todopoderoso.

Debes comprender - la palabra de Dios es su poder. A través de ella, l hizo el mundo. Y a través de ella, el sol, la luna y las estrellas se mantienen en su lugar. Su Palabra hizo todo lo que fue hecho y continua produciendo vida. Y por su Palabra, Dios quita reyes y levanta naciones. A través de ella, l bendice y salva, juzga y destruye.

La meta de Satanás es siempre tentar al pueblo de Dios a que se rebele contra su Palabra. Él sembró pensamientos de rebeldía en Adán y Eva, haciéndoles razonar: Yo sé lo que Dios dijo. Pero voy a actuar según mi propia voluntad. Esos pensamientos causaron la caída de la humanidad.

Satanás también tuvo éxito en sembrar semillas de rebeldía en la nación escogida de Dios, Israel. El salmista dice que Israel era: ...Generación contumaz y rebelde; generación que no apercibió su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu. (Salmo 78:8). Las Eescrituras también dicen de Israel: Empero no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al dicho de Jehová vuestro Dios. (Deut. 1:26).

Favor de notar que - Dios reveló su palabra claramente a todo este pueblo. Y aún así se rebelaron contra ella. ¿Por qué? Fueron seducidos por el maligno.

Satanás también tratará de tentarte para que te rebeles contra la palabra de Dios. Él sabe que no lo logrará con tentaciones claras. As que inyectará seducciones sutiles en tu mente al inundar tu vida con dolor, pruebas y luchas. Y tratará de bloquear la bendición de Dios en tu vida, como estorbó a Pablo en su ministerio.

Muchos han caído como presa a las seducciones sutiles de Satanás. El salmista dice que tales creyentes: Los que moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros; por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, y aborrecieron el consejo del Altísimo. (Salmo 107:10-11).

Satanás no está interesado en convertirte en una persona inicua. Todo lo que el quiere es que te rebeles en una sola área de tu vida. Eso le permitirá suficiente espacio para ganar entrada.

Ahora mismo, l tiene sus principados, y potestades en alerta para darle reportes de inteligencia acerca de nuestras vidas. Estas entidades satánicas leen nuestras acciones y escuchan nuestras conversaciones. Y cuando descubren una debilidad carnal en nosotros, apuntan todas sus tentaciones infernales a esa área débil.

Jesús le dijo a sus discípulos: ...porque viene el príncipe de este mundo; mas no tiene nada en mí. (Juan 14:30). Él estaba diciendo en esencia: Cuando Satanás viene a mí, no encuentra lugar de entrada. Estoy bajo la autoridad total de mi Padre.

De igual manera, Satanás no puede entrar el cuerpo o espíritu de cualquier creyente que ha sometido su vida completamente a la Palabra de Dios. Hay que darle un lugar para que encuentre entrada. Y eso sucede cuando una persona se queda con parte del precio". Déjame explicar.

En Hechos 5 una pareja llamada Ananías y Safira vendieron una porción de su tierra y dieron las ganancias a la nueva iglesia en Jerusalén. Mas cuando pusieron la cantidad a los pies de Pedro, el apóstol se quedó perplejo. l les preguntó: ...¿por qué ha llenado Satanás tu corazón a que mintieses al Espíritu Santo, y defraudases del precio de la heredad? (Hechos 5:3). Tan pronto como Pedro dijo estas palabras a la pareja, cayeron muertos en el lugar.

¿Cuál es la lección que Dios quería enseñarle a la iglesia a través de esto? No creo que tenga que ver con el pedazo de tierra que les pertenecía a Ananías y Safira. Mas bien, tenía que ver con el territorio interno de su corazón.

Esta pareja creía que podía ser obediente a Dios un 95 por ciento y mantenerse desobediente en una pequeña área y sentirse seguros. Habían escuchado la palabra pura de Dios predicada - pero ellos se rebelaron contra lo que sabían era cierto. Se convencieron: Podemos servirle al Señor y quedarnos con esta cosa. Eso era una mentira al Espíritu Santo.

Así, que la parte del precio con la que se quedaron no tenía que ver con dinero, sino un pequeño terreno de codicia en sus corazones. Era una pequeña área lo suficientemente grande para dar entrada a Satanás. Y con su propia terca desobediencia, permitieron que el enemigo llenara sus corazones.

Por eso es que Pablo advierte: Ni deis lugar al diablo. (Efesios 4:27). El ejemplo de Ananías y Safira es claro: El precio de un vida vencedora no es cosa pequeña. Significa sujetar nuestras vidas completamente a la palabra de Dios, sin lugares oscuros, lujurias ni rebeliones escondidas. No le des una pulgada de terreno a Satanás. Eso es todo lo que él necesita para entrar y establecer su base de poder.

1. El autor de Hebreos nos dice: No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. (Hebreos 10:25).

Tú puedes ser una persona maravillosa, amable, considerada y dadivosa. Pero si lees esta palabra de Hebreos y la ignoras a propósito, le das lugar a Satanás. Si pasas semana tras semana acostado en tu cama los domingos en la mañana en vez de ir a la casa de Dios para ser provocado a justicia, le has dado un lugar en tu corazón al engañador. Como Ananías y Safira, estás reteniendo parte del precio.

El verso que sigue describe el juicio en el que incurrimos por descuidar una sola área de su Palabra: Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por el pecado, sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. (versos 26-27).

2. Jesús nos dice: Porque si perdonareis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial. Mas si no perdonareis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. (Mateo 6:14-15).

Cristo nos advierte: Puedes ser obediente en cualquier otra área de tu vida, po, devoto y fiel. Pero si te retienes de perdonar a cualquiera, entonces tus propios pecados se están acumulando contra ti, no eres perdonado por el Padre.

Reteniéndole el perdón a alguien te hace peor deudor del que te ha ofendido. Esa persona pudo haberse arrepentido y ser perdonado por el Señor. Pero si tú retienes la herida, tú estás demandando de él un precio que Jesús ya pagó. Y no puedes demandar eso de nadie.

Mas el verdadero peligro del rencor es que abres tu corazón a intrusión satánica. El enemigo pone una estaca en ese terreno, pone una tienda y comienza su trabajo para devorarte. Y tú lo has permitido al retener parte del precio.

3. Santiago nos dice: Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriés, ni seáis mentirosos contra la verdad: que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica. Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. (Santiago 3:14-16).

Note a quién Santiago se dirige aquí. En el verso 13 el dice: ¿Quién es sabio y avisado entre vosotros? Muestre por buena conversación sus obras en mansedumbre de sabiduría. Él nos está diciendo: Puedes tener gran sabiduría y conocimiento espiritual. Pero si hay amargura en tu hogar, contienda en tu corazón, envidia en tu trabajo - no pienses que eres espiritual de ninguna manera. Estás bajo un engaño mentiroso.

Cuando Santiago habla de contienda y amargura, él se refiere a disputas y críticas. Y él dice que todo esto es diabólico, sensual, obras de maldad. En resumen, cualquiera que retiene amargura causa disputas - y peor aún, abre su corazón a posesión satánica.

¿Conoces personas a quienes la amargura les a llevado a posesión satánica? Con el tiempo, su persona exterior manifestará las tinieblas que tienen dentro. Con el tiempo su cuerpo comienza a decaer, enfermándose y marchitándose, y sufren desbalances mentales. Cuando se le entrega terreno al diablo, l obra para destrucción absoluta.

Así que, sigue adelante - guarda rencor. Quédate con tu amargura. Contina buscando disputas. Si es así, estas en rebelión total contra Dios y su Palabra. Y te abrirás a Satanás. Estarás espiritualmente ciego y endurecido de corazón.

Por el otro lado, si eres espiritual - obedeciendo la Palabra de Dios de buena voluntad - entonces no importa cuán herido estés, mostrarás la sabiduría apacible al perdonar.

4. En un viaje reciente a Jerusalén, observé un poderoso ejemplo de como Satanás puede tomar posición establecida hasta en los terrenos más pequeños. Mientras miraba la ciudad santa desde el Monte de los Olivos, vi la tierra donde se asienta la cúpula del Templo de Roca Musulmana. Ese pequeño pedazo de terreno es quizás la única parte de un acre.

Sin embargo, de alguna manera Satanás puso sus manos sobre él y construyó un templo para s. Y ahora se ha convertido en la abominación de desolación, como se menciona en las escrituras. El diablo ha logrado enfocar sus poderes en el mismo medio del pueblo una vez escogido por Dios, Israel. Y todo sucedió porque l obtuvo un pequeño terreno. Este es un retrato vivo de lo que Satanás hace cuando gana el menor pedazo de terreno.

Si le preguntas a cualquier cristiano como batallar con el diablo, probablemente te recitará Santiago 4:7: ...resistid al diablo, y de vosotros huirá. Pero ¿qué quiere decir Santiago por resistir? ¿Cómo resistimos el poder de Satanás?

Juan nos ofrece la respuesta en Apocalipsis 12: Y ellos le han vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio;... (Ap. 12:11). Cuando escuches el rugir del león - cuando la inundación te azote, y estés abrumado - sencillamente corre al Lugar Santísimo. Por fe, entra a la misma presencia de Dios en su trono - porque el Cordero ha hecho el camino para ti, a través de su sangre.

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo, por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne. (Hebreos 10:19-20).

Cuando estás a solas con Dios en oración, estás inmune a las estrategias del diablo. Así que corre al trono por fe, clama a l, y párate en el poder de la sangre de Cristo.

Entonces Juan escribe: Y fueron dadas a la mujer dos alas de grande águila, para que de la presencia de la serpiente volase al desierto, a su lugar, donde es mantenida por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. (Ap. 12:14). Creo que las alas del águila mencionadas aquí son el Antiguo y Nuevo Testamento de la Palabra de Dios. Él nos los ha dado para que nos lleven a un lugar de mantenimiento, para que cuando el diablo venga contra nosotros, podamos volar sobre él en la alas de la Palabra de Dios.

El apóstol Pablo también usa la palabra nutrir o criado, escribiendo: ...criado en las palabras de la fe y de la buena doctrina (1 Ti. 4:6). La palabra griega para nutrir o criar significa educar aquí. Pablo est hablando acerca de ser educado en las escrituras, tener conocimiento de la Palabra de Dios.

Jesús es nuestro ejemplo aquí. Cuando l resistió la tentación con la Palabra de Dios, el diablo huyó. ¿Por qué? La verdad expuso a Satanás, poniéndolo en vergüenza. Y Hebreos dice que todos los que confían en la Palabra de Dios Que por fe ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones, (Hebreos 11:33). Cerramos los poderes del infierno al pararnos en la Palabra de Dios.

Así que, cuando escuches el rugir del león, cae sobre tu rostro ante el Padre. Y sumrgete en su Palabra. Sus alas de águila te llevarán sobre toda inundación abrumante de tentación.

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