SEÑOR, ¡HAZ ALGO!

David Wilkerson (1931-2011)

Tres palabras comunes que se escuchan entre los cristianos en tiempos de crisis son: “¡Señor, haz algo!” Es totalmente en contra de nuestra naturaleza como seres humanos estar quietos y no hacer nada cuando enfrentamos situaciones complicadas. De hecho, esperar pacientemente a que Dios actúe es probablemente la disciplina más difícil del camino cristiano. Incluso los creyentes devotos entran en pánico cuando el Señor no se mueve según el horario de ellos.

Nuestro Dios siempre está buscando en la tierra un pueblo que confíe en él en cada crisis, prueba y situación sin esperanza. De hecho, a menudo, él nos lleva a situaciones que son alarmantes, críticas y difíciles, para ponernos a prueba. Él quiere ver si estamos dispuestos a quedarnos quietos y esperar a que él traiga liberación sobrenatural.

La Biblia dice claramente: “Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino” (Salmos 37:23).

Esto significa que es Dios, no el diablo, quien nos lleva a lugares difíciles. Podemos gritar: “Señor, ¿por qué permites que mi crisis continúe?” Pero la verdad es que él permite nuestras pruebas deliberadamente, con un propósito. ¡Y eso, para nosotros, es difícil de aceptar!

Yo creo firmemente que cada paso que damos es ordenado por nuestro padre celestial. Dios quiere producir fe en nosotros, por lo que nos está moldeando y dando forma para ser ejemplos piadosos de fe, para ser su testimonio a esta generación incrédula e impía.

Dios es absolutamente fiel a sus hijos y nunca nos llevaría al borde de una situación difícil para luego abandonarnos. Él siempre nos está preguntando: “¿Serás tú el que he estado buscando? ¿Serás tú el que no entra en pánico? ¿Quién no me acusará de abandonar y lastimar a mis hijos? ¿Podrás soportar tu crisis y confiar en que yo te llevaré hasta el final?”

“Estar quieto” es un acto de fe, un descanso activo en las promesas de Dios. ¡La fe lo cambia todo! ¿Decidirás dejar de cuestionar hoy y simplemente confiar en él?