SED, PUES, SOBRIOS

David Wilkerson (1931-2011)

Puede que no quieras pensar en ello o incluso aceptarlo, pero si has decidido seguir a Jesús con todo tu corazón, Satanás te ha marcado para la destrucción. Y él va a inundar tu vida con problemas de todo tipo.

El apóstol Pedro advierte: “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración” (1 Pedro 4:7). En otras palabras: “Este no es momento de relajo. Debes tener la mente sobria respecto a las cosas espirituales porque ahora es una cuestión de vida o muerte”.

¿Por qué estar tan sobrio? Porque el fin de los tiempos está cerca y nuestro enemigo ha subido la temperatura. Nos está acechando como un león, escondido en la hierba, esperando una oportunidad para saltar. Él quiere devorarnos, destruir por completo nuestra fe en Cristo.

Algunos cristianos sienten que ni siquiera deberíamos hablar acerca del diablo, que es mejor que lo ignoremos. Otros intentan sacarlo de sus mentes por completo. Los teólogos liberales, por ejemplo, argumentan que no existe el diablo, ni el infierno, ni el cielo.

¡Pero el enemigo de nuestras almas es real! Pocas figuras bíblicas han sido identificadas tan clara y ampliamente y él no va a desaparecer. Él es descrito como Lucifer, Satanás, diablo, engañador, obstaculizador, inicuo, usurpador, impostor, acusador, devorador, dios de este mundo, gobernador de las tinieblas, serpiente antigua.

Estas descripciones enfáticas me dicen que el diablo existe y sabemos por las Escrituras que ejerce un poder muy real. Incluso ahora él está trabajando en la tierra: en nuestras naciones, ciudades, iglesias, hogares y vidas individuales. Y no nos atrevemos a ignorar sus métodos y estrategias de guerra.

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo” (1 Pedro 5:8-9).