Su Deseo de Suplir Todas Tus Necesidades
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).
Conseguir lo que queremos no es un tema común entre muchos seguidores de Jesús, pero en realidad, tiene mucho que ver con el carácter de Dios y cómo lo percibimos. Muchos de nosotros nos acercamos al Padre como si él sólo oyera las oraciones por cosas “espirituales”. Pero Pablo dice que el cuidado de Dios cubre todo aspecto de nuestra vida: él suplirá todo lo que os falta.
Pablo agrega esto: “A Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20, cursivas mías). En resumen, Dios está interesado en mucho más que satisfacer nuestras necesidades. Cuando Pablo usa las palabras “pedimos o entendemos”, se refiere a nuestros deseos y necesidades. Además, Pablo dice que Dios quiere darnos más que conceder nuestros deseos: él quiere superarlos. Entonces, si oramos para que nuestra copa se llene, Dios quiere que rebose. Orar por nuestros deseos no se trata sólo de nosotros y nuestras necesidades. Se trata de conocer a un Padre bueno y amoroso que se deleita en dar generosamente.
Muchos de nuestros deseos se originan en Dios. Parte de su obra continua de santificarnos al andar con él es el deseo de querer las cosas buenas que él siembra en nosotros. Como cualquier padre amoroso, Dios quiere que tu corazón se alinee con el suyo, para que seas bendecido.
Ciertas temporadas en la vida son una lucha, sin embargo, Dios usa esos momentos para poner un descontento en nuestros corazones, un hambre por ver su abundante bondad. A veces, estas temporadas duran más de lo que nos gustaría y aprendemos a confiar en Jesús a través de ellas. Sin embargo, inclusive esas temporadas están destinadas al bien.
Si estás en una temporada difícil, te animo a hacer estas tres cosas:
(1) Elimina todos los deseos egoístas. Busca al Señor por su voluntad.
(2) Ilumina todos los buenos deseos puros. Identifica claramente lo que deseas y luego díselo a Dios.
(3) Activa tus deseos, no te quedes sentado en ellos, actúa para alcanzarlos.
Dios quiere más para ti de lo que tú quieres para ti. Es hora de dejar a un lado la vergüenza y el temor y llevar todos tus deseos ante el Padre. Al hacerlo, ¡mira como él te demuestra su extravagante amor!