TÚ ELIGES SEÑOR, YO TE SEGUIRÉ
“Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás” (Jonás 3:1). En el conocido relato de “Jonás y el gran pez”, Dios le había ordenado a Jonás que fuera a la perversa ciudad de Nínive y les predicara el juicio, pero Jonás desobedeció y huyó de la voz del Señor. Sin embargo, en este versículo vemos que la gracia y la misericordia de Dios se extendieron y le dieron una segunda oportunidad.
¡Qué bendición es saber que Dios es paciente, compasivo, lleno de gracia, gentil, tierno y amable! No importa cuán a menudo lo arruinemos, o lo rebeldes y desobedientes que hayamos sido en el pasado, la Palabra del Señor viene a nosotros por segunda vez, o una tercera o cuarta. Simplemente, nuestro Padre no descarta a su pueblo; y Jonás es una lección tremenda para nosotros del poder del pacto de Dios en nuestras vidas.
Jonás habría tenido muchos menos problemas si hubiera obedecido la primera vez que Dios le habló. Claramente, él tenía el don y había sido elegido, pero huyó de la presencia de Dios, cortando la comunión con él. Sin embargo, debe notarse que cuando Jonás huyó, él oyó la voz del Espíritu Santo resonando en sus oídos a cada paso del camino. Y cuando se arrepintió y se humilló, el Señor comenzó a hablarle nuevamente: “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré” (3:2).
La dirección de Dios a veces puede hacernos sentir incómodos, pero te animo a que seas fiel a lo que él te ha llamado. Experimentarás diferentes temporadas así que sé fiel en cada temporada. Dile a Dios: “Lo que tengas para mí, incluso si no es exactamente lo que elijo, cumpliré tu llamado. Tú eliges y yo te seguiré”. Cuando Jonás obedeció el llamado de Dios, hubo resultados maravillosos. ¡Nínive experimentó un avivamiento masivo, un asombroso despertar y, de la misma manera, tú puedes tener un avance poderoso y gozoso en tu vida cuando te arrepientes de tu desobediencia y obedeces la voz del Señor!