Teniendo la Luz y la Vida
¿Por qué nuestros líderes gubernamentales y los medios de comunicación son tan condescendientes con los cristianos? ¿Por qué tantos jóvenes han descartado el cristianismo como algo totalmente irrelevante para sus vidas?
Es porque, en su mayor parte, la iglesia ya no es una luz. Cristo no gobierna en nuestra sociedad porque no reina en nuestras vidas. Al mirar a mi alrededor hoy, veo pocos en la casa de Dios, que estén verdaderamente en unión con Cristo; y pocos ministros rechazan los métodos mundanos para así confiar en Dios para su dirección.
Queridos creyentes, no podemos culpar a la oscuridad del mundo que nos rodea por la falta de impacto de la iglesia. Considera el reino espiritualmente corrupto de Babilonia durante la época de Nabucodonosor. Este era el imperio más poderoso de la tierra en ese momento, pero Nabucodonosor no era el verdadero gobernante de Babilonia. El poder detrás del imperio no estaba en la estatua dorada que luego erigiría. No, la autoridad de Babilonia descansaba en la providencia de Dios y en las manos de un pequeño grupo de hombres dirigidos por Dios.
El Señor había establecido un gobierno celestial secreto; y estaba gobernado por Daniel y sus tres amigos. Estos hombres eran los instrumentos de gobierno de Dios porque operaban en el reino celestial. Como resultado, estos santos hombres conocían los tiempos. Podían decirle a la gente cuál era la voluntad de Dios para las naciones. Ellos eran luces brillantes para todos los que los rodeaban porque tenían la vida de Dios dentro de ellos.
En 2 Reyes 6:8-23, leemos acerca de otro hombre de Dios que tuvo un gran impacto en el reino donde vivía. En ese momento, Siria estaba en guerra con Israel. Durante este conflicto, el profeta Eliseo era el gobierno secreto de Dios y gobernaba con autoridad. Eliseo oyó al Señor y envió mensajes al rey de Israel, advirtiéndole de cada movimiento que hacía el ejército sirio. Cuando el rey sirio se enteró de los mensajes de Eliseo, rodeó la ciudad natal del profeta con un batallón de tropas. Dios cegó a los sirios y Eliseo terminó llevándolos cautivos al campamento de los israelitas.
Eliseo tenía la luz porque tenía la vida de Dios en él. Hoy, nuestro país necesita creyentes que tengan ese tipo de santa pasión y cercanía a Dios. Para que la autoridad de Dios tenga algún impacto en nuestra nación y cultura, debe ser puesta en práctica en vasijas obedientes.