UN CORAZÓN QUE SE PUEDE ESCUDRIÑAR
Una vez, en un viaje largo desde Desafío Juvenil de Pensilvania hasta la ciudad de Nueva York, el Señor habló a mi hombre interior: “Existe tal cosa como un corazón perfecto. ¡Te voy a mostrar lo que es para que puedas buscarlo!” En aquel tiempo, Dios reveló a mi espíritu que Cristo se compromete con aquellos que andan delante de Él con un corazón sensible y perfecto.
“Jehová escudriña los corazones de todos” (1 Crónicas 28:9). El corazón perfecto clama, como David: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón…Y ve si hay en mí camino de perversidad” (Salmos 139:23-24).
Dios también le dijo a Jeremías: “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón” (Jeremías 17:10). El significado hebreo de esta frase es: “Yo examino profundamente”. La Escritura dice: “Porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Corintios 2:10).
En Apocalipsis 2:24, Jesús habla sobre “las profundidades de Satanás”, sobre hundirse en el profundo hoyo del pecado. Él estaba diciendo que la maldad llega hasta lo profundo del alma; que tiene raíces que llegan hasta el infierno. David dice de los malvados: “Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo” (Salmos 64:6). “Porque abismo profundo es la ramera” (Proverbios 23:27).
Todos estos pasajes son advertencias santas: “Uno no se da cuenta de cuán profundamente afecta esta asociación con la maldad. Lo transporta a uno a las profundidades de Satanás mismo, profundidades misteriosas y sin fondo. Este camino lleva al infierno”.
En estos días finales, el pecado se ha vuelto complicado, sutil, sensual y más sofisticado. Viene disfrazado de arte, cultura y educación. Creo que ahora hay nuevas profundidades de pecado. Ha adquirido raíces más Fuertes, más profundas. Nuestros hijos son confrontados por profundidades de pecado, ¡que nunca conocimos ni conoceremos! “Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo, y sus obras están en tinieblas” (Isaías 29:15).
El corazón perfecto quiere que el Espíritu Santo venga y escudriñe las profundidades de lo más interior de nuestro ser, quiere que alumbre todas las partes escondidas; que investigue, desentierre y exponga todo lo que no es de Cristo.