UNA FE CRECIENTE
“Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová” (Génesis 13:10).
Presta atención al registro bíblico de lo que estaba haciendo Lot. Él miró a la tierra con sus ojos. Él no estaba buscando instrucción, orientación ni sabiduría del Señor. Él vio lo que él quería con sus propios ojos y él se movió agresivamente para tomar posesión de lo que él quería, lo que su carne deseaba.
"Se ve bien para mí. Es casi como el huerto del Edén; es tan hermoso, que lo voy a elegir".
Lot estaba mirando la situación con sus ojos, en vez de mirar a Dios. Algunos de nosotros nos metemos en tantos problemas. Si tan sólo pudiéramos conocer el final de la historia, lo que Dios va a hacer. Él nos está llamando a evitar esto o aquello, pero cuando nuestros ojos de la carne son atraídos, tendemos a movernos en esa dirección porque no estamos enfocados en Jesús.
Así que esta es la simple instrucción respecto a este tipo de fe pasiva. La fe tiene que mantener sus ojos en Jesús. La fe tiene que mantenerse enfocada y centrada en el Señor, o no tendrá el discernimiento para saber qué camino tomar. No sabrá si ir hacia la izquierda o hacia la derecha.
Lot escogió lo que conocemos como Sodoma y Gomorra. Muchos de ustedes hoy han estado tomando decisiones con sus propios ojos porque algo se ve bien para ti. Las tentaciones de la carne te son atractivas y eres fácilmente atraído a ir en busca de esas cosas. Dios está llamando a Su pueblo a evitar funcionar en el ámbito del alma de la ambición carnal, por el contrario debes entrar en un ámbito donde tu espíritu esté creciendo, mientras que tu carne está disminuyendo.
Eso se llama discipulado. Se llama madurar. Se llama caminar en una fe cada vez mayor con el Señor. Él nos está llamando a movernos a dicho lugar.