UNA INVITACIÓN A VENIR CONFIADAMENTE DELANTE DE DIOS
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16). “En quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (Efesios 3:12).
Cuando Dios nos dice que nos acerquemos confiadamente a su trono, no es una sugerencia, es su preferencia; y debemos prestar atención a ella. “La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho” (Santiago 5:16, RVA-2015). La palabra “eficazmente” viene de una palabra griega que significa “una posición fija”. Sugiere una mentalidad inquebrantable e inamovible. Del mismo modo, “ferviente” habla de una confianza basada en una evidencia sólida, prueba absoluta que respalda tu petición. Juntas, estas dos palabras (ferviente eficazmente) significan llegar al tribunal de Dios completamente convencido de que tienes un caso bien preparado, más allá de las emociones, el bullicio y el entusiasmo inflado.
Tal oración sólo puede provenir de un siervo que escudriña la Palabra de Dios y está plenamente persuadido de que el Señor está obligado a honrarla. De hecho, es importante que ninguno de nosotros entre en la presencia de Dios sin traer su Palabra consigo. El Señor quiere que le llevemos sus promesas, que se las recordemos, que lo vinculemos a ellas; y que nos paremos firmes en ellas.
Algunos cristianos dicen: “Realmente no le pido mucho a Dios. Oro sólo por su voluntad en mi vida, para que su plan se lleve a cabo en la tierra. Lo busco sólo por quien él es, no por sus dádivas”. Incluso yo mismo lo he dicho a veces porque pensaba que esa actitud era santa, pero en verdad no lo es. El omnisciente y omnipotente Dios de la creación nos ha hecho una invitación personal a acercarnos confiadamente a su trono y luego hacerle peticiones.
Los momentos tranquilos de adoración con el Señor son verdaderamente maravillosos. Sin embargo, llega el momento en que las condiciones de nuestras vidas se vuelven tan críticas que es necesario otro tipo de oración. En tales momentos, la puerta está abierta y debemos presentarnos delante del Señor con la confianza de que él cumplirá su Palabra.