Una Paz que Prevalece
“[Él] nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9).
Todo creyente tiene un alto llamado del Señor; y Dios promete que si actuamos con fe, confiando en él, él llevará a cabo ese plan. Pero como puede atestiguar cualquiera que haya caminado con Jesús por un período de tiempo prolongado, seguir nuestro llamado significa que enfrentaremos obstáculos en el camino.
Josué había proporcionado un fuerte liderazgo a los hijos de Israel después de que Moisés murió y el pueblo confiaba en él. Sin embargo, cuando llegó el momento de guiar al pueblo a través del río Jordán hacia la Tierra Prometida, Dios vio su necesidad de sentir seguridad y le habló tres veces acerca de ser osado: “Esfuérzate y sé valiente… Solamente esfuérzate y sé muy valiente… Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:6-7, 9).
Mientras procuramos fielmente cruzar a nuestra tierra prometida personal, a menudo surgen voces de escepticismo. “No va a suceder. Es más fácil donde estás. ¿Cómo puedes estar seguro de haber escuchado de Dios?” Las preguntas pueden provenir de un amigo o conocido, desafiando lo que tú crees que es la dirección de Dios. O puede ser una voz dentro de tu cabeza que levanta toda clase de argumentos para evitar que obedezcas la dirección de tu Padre.
Serás más vulnerable a los ataques del enemigo cuando estés a punto de poseer la tierra que Dios te ha llamado a habitar. El enemigo y nuestra carne, pondrán una fuerte resistencia en forma de miedo, ansiedad, duda e incertidumbre. Pero ese es el momento preciso en el que debes prestar atención a las instrucciones que Dios le dio a Josué.
¡Sé valiente! La Palabra inamovible de Dios proporciona una paz que prevalece, la cual sustenta todo lo que haces para que no seas sacudido.