Una Revelación de la Misericordia de Dios
David reconoció la gran misericordia de Dios cuando dijo: “He publicado tu fidelidad y tu salvación; no oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea” (Salmos 40:10).
David estaba agradecido con Dios por su gran amor porque él era estaba profundamente consciente de sus propias fallas. “Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista” (40:12). No importa cuán horrible hayan pecado las personas, el amor de Dios aún los alcanza. Él envió a su Hijo como sacrificio, justamente con este propósito.
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán” (Salmos 63:3). ¡Esta vida es corta! Sin embargo, el amor de Dios perdurará para siempre. Dentro de mil millones de años, Jesús será tan tierno y amoroso con nosotros como lo es ahora.
La mayor proclamación de su misericordia es la alabanza gozosa. Detente y piensa por un momento: Dios no está enojado contigo. Si estás listo para abandonar tus pecados, puedes ser perdonado y restaurado en este mismo momento. La Palabra dice que nada puede interponerse entre nuestro Señor y nosotros: ni el pecado, ni la culpa, ni los pensamientos de condena.
Si realmente entendieras cuán tierno es Él hacia ti, cuán paciente, cuán atento, cuán dispuesto para perdonar y bendecir, no serías capaz de contenerte. ¡Gritarías y lo alabarías hasta que no te quedara voz!
Amado, Jesús viene; y estamos limpios. Estamos listos para partir. Tienes un padre tierno y amoroso que se preocupa por ti. Él ha embotellado cada lágrima que has derramado. Ha visto todas tus necesidades. Él conoce todos tus pensamientos, ¡y te ama!