Una Revelación Mayor que Nuestros Sufrimientos
En un punto de su caminar de fe, el apóstol Pablo dijo: “El Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones” (ver Hechos 20:23). De hecho, durante toda la vida de Pablo, sus aflicciones nunca cesaron. Tú puedes preguntarte: “¿Cómo puede ser esto? El Dios al que servimos es todopoderoso y victorioso. Él sólo tiene que decir una palabra y hace posible que pasemos por la vida en triunfo y sin ningún problema. Entonces, ¿por qué nuestro amoroso Padre permitiría que su pueblo sufriera?”
Pablo responde a dicha pregunta: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:17). Pablo dice, en esencia, “El sufrimiento que atravesamos en esta tierra es sólo momentáneo comparado con la eternidad”. Y ahora, mientras soportamos nuestro sufrimiento, Dios está produciendo en nosotros una revelación de su gloria que durará para siempre.
Pablo tuvo una gran revelación de Cristo, una fe increíblemente fuerte y abundante conocimiento espiritual. Y todo vino a él a través de los muchos sufrimientos. Una y otra vez fue golpeado, robado, encarcelado; naufragó e incluso fue abofeteado y frustrado por el Diablo mismo. Él escribió: “Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó” (1 Tesalonicenses 2:18).
Pablo entendió que en todo lo que soportó, el Espíritu Santo le estaba enseñando cosas que no podía aprender de otra manera. “Yo, Pablo… ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo… para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios” (Colosenses 1:23-25). El apóstol está diciendo aquí: “Dios me está dando algo para ustedes a través de esta prueba. Él me está revelando una verdad que ha estado oculta a lo largo de los siglos; y esa verdad es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria. Su poder está actuando poderosamente en ustedes” (ver versículo 29).
Este hombre tuvo su propia revelación plena y gloriosa de Cristo; uno de los grandes secretos de la espiritualidad de Pablo era su disposición a aceptar cualquier condición en la que se encontraba sin quejarse. Tu situación actual puede convertirse en un infierno en la tierra, drenando todas tus lágrimas. Pero si eres fiel en permanecer en él, si honras la palabra de Dios, creyendo que él de dará la resistencia, él te transformará dramáticamente en una persona verdaderamente espiritual.