Una Vida de Piedad y Gratitud
“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:16-17). Los hijos de Dios deben hacer que sea una cuestión de conciencia regocijarse en él en todo tiempo y en cualquier circunstancia. Regocijarnos no es nuestra elección; ¡es el mandato de Dios! Si tratamos estas palabras como una opción, socavamos el imperativo de Dios para nosotros.
Hasta que Dios cuenta con nuestro deleite, él realmente no cuenta con nuestro corazón. Hay tres pasos que nos ayudarán a mantener una actitud de regocijo en nuestro Salvador:
- Deje de lado todos los obstáculos que interfieran con el regocijo.
- Convéncete de que el regocijo es necesario.
- Practica el regocijo para siempre
Esto definitivamente no será fácil y a veces pensarás que no tiene sentido. Ya sea que el mundo se desmorone o se ponga de pie, ya sea que perdamos o nos quedemos con todo y con todos los que son preciosos para nosotros, el Señor mismo sigue siendo la fuente de nuestra satisfacción. “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4).
Dios creó un lugar en sus hijos para el gozo. Este lugar se llenará con algo, ya sea con los juguetes y las curiosidades de los logros y la acumulación mundanos o con cosas celestiales del Creador. Siempre habrá antojos carnales que nos alejen de Dios. “Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido” (Santiago 1:14).
Aquellos que han tenido una nueva naturaleza divina puesta en ellos por Dios ya no están satisfechos con las cosas del mundo. Un cambio de corazón implica un cambio de deseo: un corazón puro según Dios quiere lo que quiere. “Alegraos, oh justos, en Jehová; en los íntegros es hermosa la alabanza” (Salmos 33:1).
Un aspecto práctico del regocijo es que no puede sostenerse si no se ejerce continuamente. No descuides esta gran porción de la salvación de Dios para que no se vuelva marchita, lisiada y demasiado lenta para cantar canciones de amor a Jesús. Pero el uso constante lo convertirá en una fibra fuerte de tu alma; dispuesto y capaz de controlar cualquier otra emoción. Elige hoy buscar la serena vida de piedad y gratitud.