La Misericordia Absoluta de Dios
En la historia de Sodoma y Gomorra, la maldad extrema gobernaba y Dios no estaba complacido. Él envió a dos ángeles a Sodoma para advertir a Lot, el sobrino de Abraham, de la destrucción que se avecinaba. Lot era un hombre justo (ver Génesis 18:19) que vivía en esta ciudad llena de maldad desenfrenada y Dios quería alertarlo sobre la próxima aniquilación de Sodoma para que pudiera escapar con su familia.
Lot dudaba en salir de la ciudad, por lo que los ángeles literalmente lo tomaron de la mano a él y a su familia y los alejaron de la destrucción. “Según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad” (Génesis 19:16). Es importante tener en cuenta que, aunque Lot era justo y Dios vio algo grande en él, él fue librado por la misericordia del Padre.
En la iglesia de hoy hay personas justas que sirven a Dios y viven vidas morales. Sin embargo, es sólo por la sangre de Jesucristo y no por ninguna bondad o moralidad que el Señor ha visto en ellos, que fueron rescatados. Piensa en cuándo fuiste salvo. El Espíritu de Dios te tomó de la mano, te sacó de tus pecados y te colocó fuera del alcance de la maldad y la rebelión. Te sacó de juicio, de Sodoma, y te llevó lejos de la destrucción.
Hablamos de los terribles pecados de Sodoma, pero al mirar alrededor de nuestro mundo hoy, vemos los pecados de nuestra sociedad escalando al cielo. La sensualidad, la inmoralidad y el mal se vuelven cada vez más atrevidos, sin restricciones casi hasta el punto de ser inimaginables. ¿Cómo es que no somos tragados por ello? ¿Por qué no nos hemos dejado llevar por la decadencia moral?
¡Te digo que todo se debe a la misericordia absoluta de Dios! “Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan” (Salmos 86:15).
Amado, busca la Palabra de Dios y cree todo lo que ha dicho acerca de su misericordia hacia ti.