El ministerio de contemplar su rostro
Cada cristiano es llamado a este ministerio. La Biblia lo hace claro: Pablo escribe: “…teniendo nosotros este ministerio.” (2 de Corintios 4:1).
Cada cristiano es llamado a este ministerio. La Biblia lo hace claro: Pablo escribe: “…teniendo nosotros este ministerio.” (2 de Corintios 4:1).
El escritor de Hebreos nos dice “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).
Qu ha pasado con el arrepentimiento? Esta palabra casi no es mencionada en la mayora de las iglesias-hasta en medios Bautistas, Pentecostales o evanglicos. En la actualidad, los pastores rara vez hacen un llamado para que su congregacin sienta dolor acerca de su pecado-que lloren y se aflijan por haber herido a Cristo con su maldad.
Al contrario, el mensaje que escuchamos hoy desde los plpitos es, "Solo cree. Acepta a Cristo y sers salvo." El texto que usan para justificar este mensaje est en Hechos 16:30-31.
Ciertos ancianos de Israel fueron al profeta Ezequiel buscando dirección y guía del Señor. Estos hombres no eran como la mayoría de los israelitas, que doblaban sus rodillas públicamente a los ídolos. No, tú no encontrarías a estos ancianos en algún templo de ídolos, ofreciendo sacrificios a los falsos dioses allí. Ellos eran líderes del pueblo - y ellos querían parecer hombres piadosos delante de los demás.
En las últimas semanas el Espíritu Santo ha estado llevándome a orar por una mayor comprensión del amor de Dios hacia mí. Después de leer 1 Juan 4:16, comprendí cuán poco sabía acerca de vivir y caminar en el amor de Dios. Juan escribió en su epístola: “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.”
La Palabra de Dios nos dice que es posible permanecer puro en medio de una sociedad corrompida. Y El Señor le da Su Unción a aquellos siervos que permanecen puros delante de Él. Vemos esto ilustrado en la vida de Daniel, quien vivió en medio de una de las más perversas e inmorales sociedades de toda la historia.
Yo crecí en un hogar cristiano con un padre que creía que los poderes de la oscuridad no deberían de ser ignorados sino confrontados. Cuando miramos que el mal está causando destrucción, no debemos de huir, nosotros debemos correr hacia él. Como cristianos somos creados para batallar con el enemigo de la humanidad.
Anhelamos ver nuestras iglesias transformadas, llenas del poder y la gloria de Dios. El libro de Hechos nos muestra el camino.
En Hechos 3, Pedro y Juan fueron parte de un histórico despertar espiritual en Pentecostés. Los seguidores de Jesús se habían reunido en el aposento alto cuando el Espíritu Santo vino y llenó a todos en el lugar. Como había una multitud afuera, Pedro fue animado por el Espíritu Santo para predicar – y tres mil personas vinieron a Jesús en solo una hora.
“En cambio, los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, y las aguas eran como un muro a su derecha y a su izquierda. Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas, se juntaron las corrientes como en un montón, los abismos se cuajaron en medio del mar.” (Éxodo 14:29; 15:8).
¡Qué terrible testimonio tuvo Israel! Dios libertó a su pueblo escogido al levantar como muros las aguas del Mar Rojo por ambos lados. Los Israelitas atravesaron sin peligro, pero, el poderoso ejército egipcio fue destruido cuando las olas regresaron abajo estrepitosamente.
El profeta Ezequiel recibió una visión increíble. Las Escrituras dicen que la mano de Dios llevo a Ezequiel a la misma cima de una montaña, donde se le apareció un hombre “…cuyo aspecto era como aspecto de bronce” (Ezequiel 40:3). Juan describe una visión similar de un hombre que se le apareció en la Isla de Patmos: “y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno” (Apocalipsis 1:15).