El Amor de Dios Nunca Falla
Después de leer el Salmo 13, quería enviarles unas palabras de aliento que extraje de este bendito capítulo.
Después de leer el Salmo 13, quería enviarles unas palabras de aliento que extraje de este bendito capítulo.
Alguien que lea esto necesita un toque de Jesús. Cuando el Señor ministró aquí en la tierra, sanó y restauró a los afligidos simplemente tocándolos. Cuando Jesús tocó a la suegra de Pedro, la fiebre dejó su cuerpo (ver Lucas 4:38-40). Él tocó el ataúd de un niño muerto y el niño volvió a la vida. Tocó los ojos de los ciegos, y pudieron ver. Tocó la oreja de un hombre sordo que luego pudo oír.
El Espíritu Santo me impulsó a leer Éxodo 12, que contiene el relato de la liberación de Israel de Egipto.
En la puerta de cada hogar israelita, la sangre de un cordero era puesta en los dos postes y el dintel. Esto fue para proteger al pueblo de Dios del paso del ángel de la muerte. Cuando llegó el día, una multitud de israelitas salió del cautiverio, como 600,000 hombres más mujeres y niños. “Todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto” (Éxodo 12:41).
Cuando tenía seis años, escuché a mi papá predicar. Probablemente había 7.000 personas reunidas, casi todos adolescentes; se llamaba “El Movimiento de Jesús” en los Estados Unidos. Eran hippies de pelo largo, pandilleros y drogadictos; y llenaron esta arena. Al final de su sermón, mi papá dio una invitación para venir a Cristo y deshacerte de todos tus caminos necios y malvados.
La gente empezó a tirar marihuana, bolsas de heroína, agujas e incluso pistolas en el estrado. Gritaban cosas como “¡Quiero que mi vida cambie!"
Hace unos años, conducía con mi hija más pequeña. Éramos solo ella y yo; y cuando estás con papá, a veces haces cosas que a mamá no le gustarían, así que ella me pregunta: "¿Me traerías papas fritas y un batido de vainilla de McDonald's?".
“Claro,” dije. "Es solo una vez". Le di las papas fritas, y ella estaba sentada en la parte de atrás; y ese olor es irresistible, así que dije: "Oye, ¿puedo comer algunas de esas papas fritas?"
"Absolutamente no”.
Le dije: “Solo dame una papa frita. Solo una”.
Tanta angustia, aflicción y tristeza son causadas por enfermedades, dolencias y desastres. Hay tantos creyentes heridos en el mundo. La Biblia sí nos dice: “Muchas son las aflicciones del justo…” Sin embargo, la siguiente frase en este versículo cambia completamente el significado: “…pero de todas ellas le librará Jehová” (Salmos 34:19).
Para ser miembro de la verdadera iglesia de Dios, debes ser conocido por el nombre de Jehová Shammah: “El Señor está allí” (ver Ezequiel 48:35). Los demás deben ser capaces de decir acerca de ti: “Es claro para mí que el Señor está con esta persona. Cada vez que lo veo, siento la presencia de Jesús. Su vida verdaderamente refleja la gloria de Dios”.
En este momento puede que estés librando una guerra perdida contra algún tipo de tentación. Cualquiera que sea tu lucha, has decidido no huir del Señor. Te niegas a entregarte a las garras del pecado. Por el contrario, has tomado la Palabra de Dios en serio.
Sin embargo, como David, te has cansado. Ahora has llegado a un punto en el que te sientes absolutamente impotente. El enemigo te está inundando con desesperación y mentiras.
Todos estamos familiarizados con el Salmo 23. Su mensaje de consuelo es bien conocido incluso entre los inconversos. Este renombrado salmo fue escrito por el rey David y su pasaje más famoso se encuentra en el versículo inicial: “Jehová es mi pastor; nada me faltará”.
La palabra hebrea que usa David para “faltar” en este versículo indica carencia. David está diciendo, en otras palabras: “No me faltará nada”. Cuando combinamos este significado con la primera parte del versículo, David está diciendo: “El Señor me conduce, me guía y me sustenta. Por eso, nada me falta”.
Uno de los mayores obstáculos para la gente, cuando recibe una dirección o una palabra del Señor es este temor: si no tienes éxito, te tildarán de fracasado y perderás credibilidad.
Si Dios te llama a hacer algo y te dice que cruces ese Jordán, tú pasas el Jordán, sin importar el precio. Cuando llegas allí y las cosas parecen desmoronarse y el éxito que habías imaginado o pensado no sucede, eso puede ser increíblemente desalentador. Si das un paso de fe y no tienes éxito, algunas personas a tu alrededor te ridiculizarán y se reirán de ti.