¿Cuánto de Dios Quieres?

David Wilkerson (1931-2011)

Rendirse. ¿Qué te dice esta palabra? En términos literales, rendirse significa “entregar algo a otra persona”. También significa renunciar a algo que se te ha concedido. Esto podría incluir tus posesiones, poder, objetivos o incluso tu vida. Los cristianos de hoy escuchan mucho acerca de la vida rendida, pero ¿qué significa exactamente?

El Bueno Siervo y Fiel

Gary Wilkerson

A los escépticos les gusta venir a nuestras vidas y decir cosas así: “Oye, me encanta tu visión y pasión; son grandiosas. Pero ¿por qué arriesgarse? A algunas personas no les va a gustar. Probablemente tendrás algunos comentarios negativos. Puedes hacer que algunas personas se enojen mucho. Si ofendes a alguien, ¿por qué hacer lo que Dios te ha llamado a hacer?”

El Mejor Regalo que Podemos Dar

Claude Houde

¡El ritmo de nuestra vida moderna es tan frenético! Entre el trabajo, la escuela, la iglesia, las tareas del hogar, los mandados, los deberes, los deportes, el iPad, Instagram, Twitter, Snapchat, Facebook, Netflix, etc., no siempre queda mucho tiempo para tener buenas conversaciones familiares. De lunes a domingo, la vida transcurre a cien kilómetros por hora y, con demasiada frecuencia, nos limitamos a conversaciones superficiales con nuestra familia que suenan como: "Ordena tu habitación".

Siempre Listos Por la Oración

David Wilkerson (1931-2011)

Cuando ocurre una crisis, no tienes tiempo para edificarte en la oración y la fe. Sin embargo, aquellos que pasan su tiempo en el cuarto de oración con Jesús, siempre están listos.

Recientemente, una pareja escribió a nuestro ministerio, en un espíritu que revelaba que habían estado con Jesús. Su hija de 24 años había salido con una amiga cuando un loco secuestró a las dos jóvenes. Asesinó a su hija de una manera espeluznante. La pareja estaba en shock. Sus amigos y vecinos se preguntaban: “¿Cómo podría cualquier padre sobrevivir a este tipo de tragedia?”.

Preservados Para un Propósito

David Wilkerson (1931-2011)

José tuvo una visión de que Dios usaría poderosamente su vida, pero esa visión parecía una ilusión después de que sus celosos hermanos lo vendieran como esclavo. Los siguientes años de la vida de José estuvieron llenos de dificultades e injusticias. Justo cuando José parecía recuperarse, fue acusado falsamente de intento de violación y enviado a prisión. Finalmente, después de años de confusión, José terminó sirviendo en la casa de Faraón. Faraón eventualmente nombró a José gobernante sobre todo Egipto.

Aferrándonos a Nuestras Comodidades

Gary Wilkerson

Hay por lo menos seis o siete cosas diferentes que un escéptico te diría cuando tienes una palabra de Dios. Digamos que estás en el lado equivocado del Jordán, en el lado errante de la vida, pero te están llamando para que cruces. Dios está listo para lanzarte a una Tierra Prometida. Nunca habrá un momento en tu vida en el que experimentes más ansiedad e incertidumbre que el momento en que estás justo al borde de poseer lo que Dios tiene para tu vida.

Cambiando Tragedia en Triunfo

Keith Holloway

Hoy somos una nación que se encamina hacia la tragedia a menos que transformemos la tragedia en triunfo. Sé que esto es cierto y voy a compartir lo que dicen las Escrituras respecto a la solución. Comenzando en el libro de Jeremías, Dios había llamado al profeta a su servicio, y Jeremías tuvo que ir y hablarle a una nación que en gran medida había rechazado a Dios. Habían vuelto a representar a Dios en un tipo diferente de deidad y habían introducido religiones falsas y prácticas falsas.

Cuando Maniobremos Serpientes

David Wilkerson (1931-2011)

No puedes trabajar eficazmente para Cristo a menos que estés dispuesto a correr algunos riesgos y Jesús advirtió a sus seguidores que existiría el riesgo de enfrentar serpientes.

Yo creo que es significativo que la Biblia llame a Satanás “la serpiente antigua” (Apocalipsis 12:9); y Jesús dijo: “Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Lucas 14:23), pero en Eclesiastés se nos advierte: “…al que aportillare vallado, le morderá la serpiente” (Eclesiastés 10:8).