Cuando el Crecimiento Llega Lentamente
El crecimiento espiritual y la madurez pueden llegar lentamente a nuestras vidas, pero no debemos perder la esperanza. Dios es fiel para terminar la obra que ha comenzado en nosotros.
El crecimiento espiritual y la madurez pueden llegar lentamente a nuestras vidas, pero no debemos perder la esperanza. Dios es fiel para terminar la obra que ha comenzado en nosotros.
En el reino de Cristo, hoy es el día. Ahora es su momento para que se cumpla su llamado en cada uno de nosotros. No debemos permitir que ninguna excusa nos desvíe.
Es hora de que dejemos de comparar nuestra justicia con la de los demás. Dios te ha imputado la medida plena de perfecta justicia en Cristo.
Cuando Jesús ascendió al Padre, su perfecta obediencia había cumplido todas las exigencias de la ley, y su sangre fue presentada en pago total por nuestro pecado.
Dios nos ha provisto a cada uno de nosotros de una herencia mediante la cual podemos presentarnos ante Él con justicia perfecta en Jesucristo, y deberíamos desearla.
Cuando vemos fuerzas mundanas que llevan a las personas rápidamente hacia sus objetivos, no debemos desesperarnos ni desanimarnos por el poder que ellas tienen y el que a nosotros nos falta. Dios tiene un camino diferente para nosotros.
Cuando nos encontramos en una situación y no estamos allí con nuestras propias fuerzas, cuando le damos la gloria a Dios y no estamos allí por nosotros mismos, podemos ver a Dios moverse.
Jesús dio a sus seguidores una herencia que puede hacernos mucho más ricos que cualquier persona sobre la faz de la tierra. Es una herencia de una justicia perfecta.
Dios no tiene que enviar un ángel para hablar con sus hijos; él ya ha puesto sus recursos dentro de cada uno de nosotros: el mismo Espíritu Santo.
Jesús ha enviado al Espíritu Santo para que sea el ayudador de todos los que le siguen, ¡y él no hará oídos sordos a nuestros gritos de ayuda!